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Un niño nacido en Sudáfrica en 2015 tiene actualmente una esperanza de vida de 61 años, más que hace una década, cuando era de 55, revela un estudio de la Carga Mundial de Morbilidad (CMM).
Sin embargo, el dato, que resulta alentador, se ensombrece al advertir el propio informe que el aumento de esta perspectiva se ve amenazada por el alza de las enfermedades no transmisibles como la diabetes y la obesidad, debido a hábitos poco saludables de consumir comidas rápidas y bebidas azucaradas.
El mismo compromiso político mostrado por el gobierno en la lucha contra el VIH/Sida es el que se necesita para hacer frente a los padecimientos relacionados con el estilo de vida, reclamó el profesor Charles Shey Wiysonge al comentar sobre el tema.
Wiysonge es un colaborador de la Carga Mundial de Morbilidad (CMM) de Sudáfrica, con base en la Universidad de Stellenbosch, en la provincia de Western Cape, en el suroeste del país, quien saludó el reciente anuncio sobre el incremento del impuesto al azúcar, un paso importante en el intento por tratar de disminuir el consumo del producto.
Todo lo que se haga -subrayó Wiysonge- será por el bien de nuestros hijos, para el futuro de nuestros hijos.
Hay cifras que sugieren aquí que un 60 % de la población posee sobrepeso u obesidad. Incluso, se calcula que el 25,8 % de los niños lo padece, mientras está presente en el 52,3 % de los hombres adultos. En el caso de las niñas es del 35,9 %, y el 81,3 % de las mujeres adultas caen dentro de tal condición.
La organización internacional Obesity Task Force considera que el auge del sobrepeso en Sudáfrica estaría relacionado al menos con dos factores: la idea de que cuanto más grande sea la comida, es mejor aunque sea poco saludable.
Y paradójicamente, por la imagen de salud asociada al sobrepeso que se explica porque en la nación africana el sida (con elevada incidencia) es conocido como la enfermedad del adelgazamiento.
Hace poco un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó subir en un 20 por ciento los impuestos sobre las bebidas azucaradas para reducir su ingesta y, por lo tanto, disminuir el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y caries dental.
El estudio, titulado Las políticas fiscales para la dieta y la prevención de enfermedades no transmisibles (ENT) , enfatiza que la medida favorecería un menor uso de azúcares libres y calorías lo que haría más adecuada la nutrición de la población.
Estadísticas de organismos internacionales arrojan que en 2014, el 39 por ciento de las personas mayores de 18 años tenían sobrepeso y desde ese momento hasta 2014 se duplicó la prevalencia en hombres y mujeres con obesidad.
En 2015 unos 42 millones de menores de cinco años padecían este mal de salud, lo que supone una adición de 11 millones de niños en los últimos tres quinquenios, de los que el 48 por ciento vivían en Asia y el 25 por ciento en África.
Respecto a la diabetes se estima que los números a nivel global se elevaron de 108 millones de diagnosticados en 1980 a 422 millones en 2014. Una dolencia que, al mismo tiempo, fue responsable de 1,5 millones de muertes en 2012.
Una década atrás había 10 millones de diabéticos en el continente africano, pero para el 2025 se espera que la cantidad ascienda a 18,7 millones.
La Carga Mundial de Morbilidad (CMM) es un esfuerzo científico sistemático realizado por un grupo mundial de investigadores para cuantificar la magnitud comparativa de la pérdida de salud.
Quebranto que puede ocurrir en los humanos como consecuencia de enfermedades, lesiones y factores de riesgo por grupos de edad, sexo, y geografía, a lo largo del tiempo.
Es el proyecto más exhaustivo realizado hasta la fecha para medir los niveles y tendencias epidemiológicos a nivel global.
octubre 13/ 2016 (PL) – Tomado del Boletín temático en Medicina. Prensa Latina. Copyright 2016. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.