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Es útil para predecir la respuesta terapéutica en algunos tumores. Aporta información sobre el tumor primario cuando hay metástasis.
Una de cada tres personas del mundo occidental sufrirá algún tipo de cáncer. Una enfermedad que hasta hace no mucho suponía la muerte del 80 % de los pacientes. Esta es una tendencia que en los últimos años se está logrando revertir y actualmente la tasa de supervivencia ya se encuentra en un 60 %
En este logro ha influido sin duda el trabajo de instituciones como el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) y su programa de epigenética y biología del cáncer, al frente del cual se encuentra Manel Esteller. Sus trabajos están permitiendo mejorar las técnicas de diagnóstico y los tratamientos, así como entender mejor los mecanismos que desarrollan los tumores.
Para llevar a cabo este trabajo de investigación es necesaria la implicación tanto de los organismos públicos como de entidades privadas y así lo recalca el propio Esteller. En este sentido se enmarca, sin ir más lejos, la colaboración con la Fundación Bancaria La Caixa para un estudio sobre la predicción epigenética de la respuesta a fármacos en pacientes de cáncer que ya no responden a tratamientos estándar.
El estudio se encuentra actualmente en la fase de desarrollo tecnológico de la prueba y hasta el año que viene no empezará, con la inclusión de algunos pacientes para comprobar en muestras reales si las pruebas de detección funcionan. El próximo año se comenzará a reclutar pacientes para estudiar una prueba de predicción epigenética de respuesta a fármacos en pacientes con cáncer refractario
Pero el trabajo del Idibell es mucho más amplio y algunas de sus líneas de investigación ya están ofreciendo resultados. Por ejemplo, este verano han desarrollado una prueba para identificar en pacientes con metástasis cuál ha sido el tumor primario. Hasta la fecha, en aquellos pacientes cuyo primer diagnóstico incluía tumores en más de una localización podía haber problemas para saber de dónde venía originalmente la enfermedad. Esto dificultaba poder aplicarles un tratamiento adecuado, reduciendo sus posibilidades de supervivencia.
El hecho de que el tumor primario y la metástasis se parezcan mucho a nivel genético es lo que dificultaba su diferenciación. Sin embargo, a nivel epigenético las diferencias son mayores y esto es lo que investigaciones como ésta pretenden explotar en la lucha contra la metástasis, que supone un 90 % de las muertes por cáncer.
Gran revolución
No fue hasta finales de los años noventa cuando la epigenética moderna empezó a desarrollarse. En pocos años ha logrado demostrar su importancia en diversas enfermedades humanas, entre ellas el cáncer. Si en la genética se estudian las mutaciones del ADN, la epigenética trata de cómo se regula y se controla ese ADN.
La epigenética es una nueva dimensión de la biología del cáncer que no había sido tenida en cuenta hasta muy recientemente y que hoy en día está mucho más implantada
Las investigaciones desarrolladas han permitido saber que los cánceres no sólo mutan, sino que también alteran la forma en que regulan su material genético. Y esto ha servido para comprender por qué aparecen los tumores, para diseñar marcadores de enfermedad y también terapias basadas en la epigenética.
Se trata de una nueva dimensión de la biología del cáncer que no había sido tenida en cuenta hasta muy recientemente. Hoy ya está más implantada y, por ejemplo, aparte de esta prueba de diagnóstico de tumores de origen desconocido que ha desarrollado el Idibell, también se usa en hospitales otra herramienta que ayuda a determinar qué fármaco es el mejor para el tratamiento del glioma.
Además, ya hay cinco fármacos epigenéticos que tienen utilidad en varios subtipos de leucemias y linfomas.
Con la investigación actual en el campo de la epigenética, se busca además bajar la toxicidad asociada a la quimioterapia clásica. No es tan solo una cuestión de tratamientos que no funcionaban porque no se sabía que el tumor tenía alteraciones que lo hacían resistente, sino de otros que funcionan, pero dañan mucho a otras células normales.
La estrategia ahora se centra en intentar buscar lesiones que sólo estén presentes en el tumor y no en la célula sana. A partir de ahí, desarrollar fármacos que sirvan para aprovechar esa lesión y no afecten al resto de células.
Es un nuevo camino por recorrer, pero Esteller lo considera prometedor. Cada año la cifra de pacientes que sobreviven al cáncer es mayor. La idea es que en los próximos quince años se llegue a un 80 % de curaciones. En algunos tumores se ha alcanzado ya la remisión completa, como es el caso de determinados linfomas o melanomas. En el cáncer de mama y de colon también se ha avanzado mucho. Pero otros se resisten, como el de pulmón, páncreas o cerebro. Es en estos donde Esteller cree que la epigenética puede ser útil, al desarrollar una medicina más personalizada que ayude a mejorar el pronóstico en casos donde los tratamientos convencionales fallan.
octubre 03/ 2016 (Diario Médico)