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La creación de nuevos antimicrobianos y el uso de anticuerpos monoclonales fenales para tratar Clostridium difficile, temas sobre las resistencias antimicrobianas analizadas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander.
Las resistencias antimicrobianas se han convertido en un problema de preocupación mundial, pues reducen drásticamente la efectividad de los antibióticos. Durante el curso Antimicrobial Stewardship (Programas para la Prevención de Resistencias Antimicrobianas), organizado en Santander por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en colaboración con la farmacéutica MSD, Alex Soriano, infectólogo del Hospital Clínico de Barcelona, ha adelantado que las investigaciones actuales sobre la creación de nuevos antibióticos para resistencias se centran en la composición de sustancias asociadas «para reducir el aumento de resistencias y mejorar la infección bacterianas».
Estas investigaciones estudian la combinación sinérgica y bactericida de fármacos como daptomicina y cloxacilina o bien el tratamiento sucesivo con linezolid y tedizolid, consiguiendo una reducción de la toxicidad y efectos secundarios. En esta línea, Joaquín Mateo, director médico ejecutivo de MSD, afirma que en esta farmacéutica hay más de 20 ensayos clínicos que investigan la creación de nuevos antimicrobianos».
Emilio Bouza, jefe de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, asegura que se estudia la posibilidad de utilizar anticuerpos monoclonales (AM) fecales para «tratar la cepa Clostridium difficile, llevando a cabo trasplantes de materia fecal con contenido intestinal sano para facilitar el desarrollo de estos anticuerpos».
Gran desconocimiento
Rafael Cantón, jefe del Servicio de Microbiología del Ramón y Cajal, de Madrid, afirmó que en España se producen aproximadamente más de 1 500 muertes asociadas a las resistencias bacterianas a los antimicrobianos, un 33,21 % más que las causadas por accidentes de tráfico. Sin embargo, confirma que «solo el 37 % de los españoles saben que no sirven para matar virus».
Nuevos programas, como la plataforma Pirasoa, desarrollada por el Servicio Andaluz de Salud, ayudan a fomentar el uso racional de fármacos.
José Miguel Cisneros, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Virgen del Rocío, de Sevilla, y director del citado programa, afirma que este protocolo ha reducido el gasto antibiótico en Andalucía. Solo en el último trimestre de 2016 se han reducido 3 200 000 dosis de antibióticos respecto al primer trimestre de 2015, con una reducción del 27 % de tratamientos con amoxicilina-clavulánico y un 10 % de las quinolonas».
septiembre 13 /2016 (Diario Médico)