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Un estudio revela los beneficios de la instauración de un sistema de atención urgente en el manejo del síndrome coronario agudo, tanto si se trata de una lesión severa de la arteria como si ésta se encuentra completamente ocluida.
¿Qué resultados obtiene en el tratamiento del síndrome coronario agudo (SCA) un hospital que implanta el Código Infarto en su Unidad de Hemodinámica?
Es lo que ha estudiado el equipo del Departamento de Cardiología del Hospital Universitario San Juan de Alicante, después de establecer el Código Infarto en la zona norte de la provincia para generalizar la angioplastia primaria (el tratamiento de referencia del infarto) en todos los casos de SCA.
Como explica el Dr. Alberto Cordero, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y primer firmante del trabajo que se ha publicado en Revista Española de Cardiología (REC),“para nuestro hospital, que ya contaba con Unidad de Hemodinámica, supuso la organización y cobertura 24 horas tanto para los pacientes de nuestra área de salud como para otros dos hospitales comarcales que fueron asignados al código infarto de nuestra unidad”. En concreto, tras comparar los resultados obtenidos en términos de manejo clínico, revascularización y mortalidad de los dos años antes del Código Infarto, y del primer año de actividad tras su instauración, comprobaron un aumento de pacientes ingresados por SCA con elevación del segmento ST, así como una reducción significativa en un día de media en el tiempo de estancia hospitalaria y una menor mortalidad hospitalaria de los pacientes de alto riesgo (del 38,8 % al 22,4 %).
En el estudio se incluyó a 1 210 pacientes, y a pesar de tener una media de edad similar (68 años), se observó que los casos ingresados en el segundo periodo (tras el código infarto) presentaban un cuadro de mayor gravedad reflejado en un incremento de la puntuación de la escala GRACE (Global Registry of Acute Coronary Events), y a pesar de ello se logró reducir el tiempo de ingreso medio hospitalario.
El Dr. Cordero señala que el aumento de pacientes ingresados por SCA puede deberse a una mayor sensibilidad diagnóstica, ya que se llevó a cabo una intensa campaña de formación y concienciación sobre los criterios diagnósticos y terapéuticos con los distintos servicios implicados, según recomienda la Sociedad Europea de Cardiología (ESC). Además, la implantación del código infarto implicó que ninguno de los pacientes del área tuviera que ser trasladado a otro centro para recibir una angioplastia primaria o de rescate.
Como era esperable, la llegada del Código Infarto supuso la generalización de la angioplastia primaria como estrategia de elección para los pacientes con SCA, de forma que se pasó de un 21,3 % de casos tratados con trombolisis (la intervención anterior a la angioplastia) en el periodo previo, a la desaparición de esta estrategia en el hospital dos años más tarde. Además, tras el Código Infarto se redujo el tiempo hasta el cateterismo del paciente, que se tradujo en un aumento de pacientes revascularizados antes de las 48 horas (del 65,4 % al 78,6 %).
Dos tipos de SCA
El síndrome coronario agudo puede ser con elevación del segmento ST (SCACEST) o sin elevación (SCASEST). El primer caso se debe a una oclusión completa y aguda de una arteria coronaria y el objetivo del tratamiento es la apertura de esta arteria, para lo cual el cateterismo urgente (angioplastia primaria) es el tratamiento de elección. La angioplastia primaria debe realizarse de forma urgente, en los primeros 120 minutos desde que el paciente contacta por primera vez con algún elemento del sistema sanitario, ya sea un hospital, un centro de salud o una ambulancia. El SCA sin elevación del segmento ST se suele deber a una lesión muy severa en una arteria y el tratamiento también suele precisar cateterismo pero no de forma tan urgente, aunque idealmente en las primeras 48 horas.
Puesto que el Código Infarto solo regula la actividad urgente para el SCACEST, no esperaban encontrar en este estudio grandes cambios en los pacientes con SCASEST. “Sin embargo, sí que observamos que precisamente los pacientes con SCASEST presentaron una mayor reducción en la mortalidad hospitalaria y mayor incremento en las tasas de revascularización. Pensamos que el hecho de estar incluidos en un código infarto aumentó el grado de concienciación de necesidad de revascularizar a la mayoría de todos los pacientes con SCA, aunque las tasas previas ya eran bastante altas”, detalla el Dr. Cordero.
Para seguir mejorando en el abordaje del SCA en nuestro país, el experto señala que “los servicios de cardiología deben estar más integrados en las urgencias y debemos aumentar la presión para que haya cardiólogos de guardia que sean los que dirijan y controlen la atención del paciente cardiológico agudo”.