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La vertebrectomía múltiple y re-equilibrio pélvico corrige las escoliosis extremas, según demuestra la experiencia con esta novedosa técnica en dos hospitales de Sevilla.
Julio Valencia, Javier Márquez y Mónica Rivero, de la Unidad de Neurocirugía de los Hospitales Universitarios Virgen Macarena y Virgen del Rocío, de Sevilla, aplican una nueva técnica quirúrgica para la corrección de las escoliosis extremas que han fracasado al tratamiento estándar. La técnica se denomina vertebrectomía múltiple y re-equilibrio pélvico.
Se trata de una intervención muy compleja y más invasiva que las convencionales, que podría utilizarse cuando las técnicas habituales son insuficientes para su manejo. «Consiste en la resección a través de un abordaje posterolateral de la columna, de varias vértebras, las del vértice de la deformidad, que son las que suelen estar más deformadas. Una vez extirpadas es menos complejo conseguir una alineación más completa de la columna, que al final permite que el material que se usa para la estabilización soporte mejor las cargas que el propio enfermo produce cuando se pone derecho», ha indicado a Diario Médico Javier Márquez, jefe de Servicio de Neurocirugía. Además, son necesarias otras actuaciones como el desanclaje de la médula espinal o la mielotomía, según los casos, y algunas aportaciones propias como la estabilización posterior o el cerclaje pélvico.
La cirugía comienza con una amplia exposición de toda la columna dorsal, sacra y parte de la pelvis mediante la disección y elevación de los músculos y tendones que tiene adheridos. La disección está ayudada de avanzadas técnicas de diagnóstico radiológico con reconstrucciones en 3D y biomodelos. En este momento, si no se ha realizado en procedimientos previos, hay que liberar la médula espinal de la deformidad, lo que se denomina como desanclaje medular. Una vez conseguido, se identifican las vértebras a extirpar, habitualmente un bloque malformativo bastante complejo. «Para ello, combinamos técnicas microquirúrgicas, resección ósea mediante motores de alta velocidad y bisturís piezoeléctricos para ir extirpando el hueso sin tracciones sobre las estructuras más delicadas. Finalmente, el resto de vertebras se extrae y se utiliza como injerto de hueso», apunta Julio Valencia, neurocirujano.
En estos pacientes, muchos de ellos con parálisis de los miembros, los huesos pélvicos son débiles por lo que se complementa la estabilización mediante tornillos y barras colocados alrededor del hueso para darle más solidez. Esta técnica se emplea en aquellos pacientes con deformidades graves, con curvas de más de 90 grados y desequilibrio pélvico extremo. Todo esto supone un grave compromiso de los órganos internos, sobre todo el pulmonar, produciendo una restricción respiratoria importante y reduciendo enormemente su esperanza de vida.
Hasta el momento han tratado a dos pacientes de 13 y 20 años que padecían una forma de espina bífida abierta: mielomeningocele lumbosacro y dorsal, con una paraplejia fláccida secundaria y con hidrocefalia asociada. Fruto de esta insuficiencia muscular, tracción del sistema nervioso periférico y lesión del sistema nervioso central habían desarrollado una escoliosis secundaria, que les condicionaba una extrema deformidad. «Al ser casos desesperados, son pocos los pacientes abordados», comenta Valencia.
Ambos fueron intervenidos en primer lugar con las técnicas clásicas, es decir, la estabilización o instrumentación de la columna introduciendo tornillos en las vértebras a lo largo de toda la columna. Es el tratamiento de elección en primera instancia, sin embargo, en un número pequeño de casos, la evolución puede no ser satisfactoria sobre todo debido a que la corrección no haya podido ser lo más completa posible.
«Hemos logrado una corrección de la escoliosis en más de 45 grados, además de permanecer estables radiológica y clínicamente», destaca Valencia. Estos pacientes llevan más de un año operados con equilibrio estable y con la corrección mantenida. En su opinión, «aunque habrá que sumar experiencia, gracias al seguimiento y experiencia con estos pacientes, y algunos que en estos momentos están en fase de evaluación prequirúrgica, afortunadamente habrá menos casos tan extremos y sobre todo a los que actualmente presentan estos problemas, ahora tenemos una opción más que ofrecerles».
julio 13/2016 (Diario Médico)