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La administración conjunta de fármacos para reducir la desmoplasia, inmunoterapia y quimioterapia logra buenos resultados en un modelo murino de cáncer pancreático.
La inmunoterapia ha cosechado éxitos importantes en distintos tipos de cáncer, como los de pulmón o melanoma, pero en otros no ha resultado eficaz. Los carcinomas pancreáticos se han mostrado, hasta la fecha, insensibles a esta estrategia terapéutica. Un nuevo estudio, que se publica en Nature Medicine, muestra las buenas perspectivas de la administración conjunta de inmunoterapia y fármacos que se encarguen de descomponer el tejido fibroso que se forma alrededor de los tumores pancreáticos.
Los resultados positivos alcanzados en ratones han llevado al equipo de David DeNardo, del Centro del Cáncer Siteman de la Universidad de Washington, a iniciar un ensayo en fase I en pacientes con cáncer pancreático avanzado, en el que se probará la eficacia de esta combinación terapéutica añadida a la quimioterapia estándar.
El crecimiento de tejido fibroso (desmoplasia) en torno al cáncer de páncreas es, probablemente, lo que hace que este tumor tenga una respuesta tan pobre a las inmunoterapias que se han mostrado tan eficaces frente a otras neoplasias.
Cinasas de adhesión focal
DeNardo y su equipo se propusieron investigar si la protección que confiere esa acumulación de tejido conjuntivo podría romperse alterando la función de proteínas clave en su conformación. Es sabido que las cinasas de adhesión focal están implicadas en la formación de tejido fibroso en numerosas enfermedades. «Partimos de la hipótesis de que bloquear la ruta de estas proteínas podría disminuir la fibrosis y la inmunosupresión en el cáncer pancreático».
Con esta premisa, recurrieron a un inhibidor de cinasa de adhesión focal (FAK), que administraron en combinación con inmunoterapia en un modelo murino de cáncer pancreático. Los ratones que recibieron solo uno de estos dos tipos de terapia no sobrevivieron más de dos meses. Añadir el inhibidor de FAK a la quimioterapia estándar mejoró la respuesta, pero los mejores resultados se lograron en los roedores a los que se suministraron las tres modalidades terapéuticas: inhibidor de FAK, inmunoterapia y quimioterapia. Algunos de ellos seguían sin mostrar progresión de la enfermedad transcurridos más de seis meses.
julio 8/2016 (Diario Médico)