El CHUS utiliza con éxito en dos pacientes la asociación de partición hepática y ligadura de vena portal para hepatectomía diferida.

La hipertrofia de la parte sana del hígado en tan solo una semana es la principal ventaja de una nueva técnica quirúrgica para el abordaje de las metástasis hepáticas múltiples, muy grandes o mal situadas. Se trata de la asociación de partición hepática y ligadura de vena portal para hepatectomía diferida, conocida como Alpps (Associating liver partition and portal ligation for stagged hepatectomy).

Es un procedimiento más agresivo que la embolización portal y con más morbilidad y mortalidad, pero acorta los tiempos drásticamente, ya que algunos casos no pueden esperar las ocho semanas o más que tarda el hígado en alcanzar el tamaño necesario con la embolización.

El Servicio de Cirugía General y Digestiva del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), encabezado por Manuel Bustamante, acaba de introducir la técnica en Galicia, utilizándola con dos pacientes con cáncer de recto y metástasis hepáticas y pulmonares.

Consta de dos intervenciones quirúrgicas, pero antes es esencial realizar el estudio volumétrico para comprobar que la parte funcionante del hígado tiene un volumen incompatible con la vida, que se considera inferior al 30 por ciento.

En la primera operación se secciona el hígado dejando a un lado la parte dañada y al otro la sana. Seguidamente, se lleva a cabo la ligadura de la vena porta de la sección del hígado dañada con las metástasis y se libera esta parte del órgano que se extirpará en la segunda intervención. Para evitar adhesiones de otras estructuras y conseguir después una extirpación más fácil, Bustamante opta por introducir la parte enferma en una bolsa intestinal.

Crecimiento hepático
Transcurrida aproximadamente una semana, se comprueba mediante TC que el volumen alcanzado por el hígado remanente es suficiente para sobrevivir y se opera de nuevo al paciente para extraer la parte enferma.

«Lo verdaderamente espectacular es el crecimiento que experimenta el hígado. Llevo muchos años operando hígado y me quedé muy sorprendido», enfatiza Manuel Bustamante, quien reconoce que no se conocen los motivos de esa rápida progresión. También admite que es una técnica de cirugía extrema y que, por tanto, tiene morbilidad, alrededor de un 50 por ciento, aunque las complicaciones son las propias de la cirugía hepática: fugas biliares, infecciones, sangrados…

Las indicaciones, por tanto, son que la parte funcionante del hígado sea insuficiente para mantener al paciente con vida y tenga una carga tumoral que no le permita esperar el tiempo que precisa la embolización portal u otras técnicas que se utilizan habitualmente.

Se trata de un procedimiento complejo, que precisa de un hospital con nivel técnico y científico alto y de cirujanos avezados en cirugía hepática. Fue descrita por el grupo alemán del doctor Schnitzbauer en el año 2012 combinando diferentes estrategias quirúrgicas y de tratamiento para aplicar a los pacientes en los que las terapias conocidas no se podían aplicar. En España, hay experiencias en Madrid, Valencia o Murcia. Se ha puesto en marcha un registro internacional liderado por un consorcio de cirujanos, aunque la casuística es todavía escasa.
junio 16/2016 (Diario Médico)

junio 17, 2016 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Hepatopatías, Neoplasias | Etiquetas: , , |

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