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Cambiar el turno de trabajo del día a la noche está asociado con un pequeño aumento del riesgo para la enfermedad cardiaca coronaria (ECC) entre las mujeres, de acuerdo con un estudio nuevo.
Investigadores del Hospital Brigham y de Mujeres, Boston, Estados Unidos Escuela Médica Harvard, Boston, Estados Unidos, y otras instituciones realizaron un estudio de cohorte prospectivo de 189 158 mujeres inicialmente sanas que fueron seguidas durante 24 años en los Estudios de Salud de Enfermeras (NHS) para determinar la asociación del cambio de turno de trabajo nocturno con el riesgo de ECC. Los investigadores examinaron la historia de vida de las mujeres de trabajo nocturno rotativo, definido como tres turnos nocturnos al mes, además de turnos en el día y en la tarde.
Los resultados mostraron que las mujeres que rutinariamente cambiaban del día o de la tarde a turnos nocturnos durante una década o más, tenían un riesgo aumentado en 15-18 % para la ECC, en comparación con las mujeres que no trabajan en turnos nocturnos rotativos. El riesgo, sin embargo, disminuyó en el tiempo tras del cese del trabajo en turnos nocturnos rotativos, de manera que el riesgo de ECC asociado con 10 años o más no estuvo significativamente elevado. El estudio fue publicado el 26 de Abril de 2016 en la revista Journal of the American Medical Association.
“Entre las mujeres que trabajaron como enfermeras, la duración más larga del turno rotativo nocturno, estuvo asociada con un aumento absoluto, pequeño pero significativo estadísticamente, en el riesgo de ECC”, concluyó la autora principal Celine Vetter, PhD. “Los resultados fueron similares en general cuando se restringió el estudio a las mujeres sin hipertensión, diabetes, o hipercolesterolemia, sugiriendo que esas condiciones pueden no ser mediadores principales de la asociación observada entre el trabajo por turnos y la ECC”.
El ritmo circadiano es un proceso biológico manejado por un reloj interno, y los ritmos han sido observados ampliamente en plantas, animales, hongos y cianobacterias. Los problemas de salud pueden resultar de una alteración del ritmo circadiano, incluyendo la enfermedad afectiva estacional (EAE), síndrome de fase de sueño retrasado (SDSR) y otras alteraciones del ritmo circadiano. Los turnos o el “jet-lag” crónico tienen consecuencias profundas en el ritmo circadiano y los eventos metabólicos en el cuerpo favoreciendo los tiempos irregulares de alimentación, sensibilidad alterada a la insulina e índice de masa corporal más alto. El trabajo por turnos también lleva a riesgos metabólicos aumentados para síndrome cardio-metabólico, hipertensión, e inflamación.