Los individuos que viven en zonas más expuestas a la contaminación acumulan depósitos con más rapidez que los que viven lo en zonas menos contaminadas.

La exposición a largo plazo a la contaminación del aire se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades del corazón, pero el proceso biológico no se conocía bien. Un estudio de una década de duración sobre miles de estadounidenses encontró que las personas que viven en zonas con más contaminación al aire libre –incluso en los niveles más bajos comunes en los Estados Unidos– acumulan depósitos en las arterias que irrigan el corazón más rápido que lo hacen las personas que viven en zonas menos contaminadas.

 

El Estudio Multiétnico de Aterosclerosis y Contaminación Atmosférica (MESA Air), un estudio epidemiológico de 10 años de más de 6 000 personas de seis estados de Estados Unidos, muestra que la contaminación del aire -incluso a niveles por debajo de los estándares regulatorios- acelera la progresión de la aterosclerosis, como recoge un artículo publicado en The Lancet.

 

El trastorno, también llamado endurecimiento de las arterias, puede causar ataques al corazón. Los investigadores midieron repetidamente depósitos de calcio en las arterias del corazón mediante el uso de la tomografía computarizada y evaluaron la exposición de cada persona a la contaminación según su domicilio.

 

«El estudio proporciona nueva información importante sobre cómo la contaminación afecta al proceso biológico principal que conduce a la enfermedad cardiaca -dice el doctor Joel Kaufman, director de MESA Air y autor principal del artículo. «La evidencia apoya los esfuerzos internacionales por reducir la exposición a los contaminantes del aire», añade Kaufman, profesor de Ciencias de la Salud Ambiental y Ocupacional y de Epidemiología y Medicina de la Universidad de Washington.

Los investigadores calcularon la exposición de cada participante al material particulado fino ambiental, que es inferior a 2,5 micras de diámetro y demasiado pequeño para ser visto a simple vista. Además de PM 2,5, también se midió la exposición al óxido de nitrógeno y dióxido de nitrógeno, y al carbón negro u hollín.

 Las partículas finas y los gases contaminantes, los peores

 Tras recoger miles de mediciones de la contaminación del aire en las comunidades de los participantes en el estudio y en sus casas, el equipo desarrolló y aplicó modelos computacionales que incluían información local sobre el uso del suelo, los volúmenes de tráfico viario y las condiciones climáticas, y las fuentes locales de contaminación del aire. Estos modelos podrían generar concentraciones de contaminación precisas en el hogar de cada persona.

Mientras tanto, entre los años 2000 y 2012, los participantes visitaron clínicas del estudio varias veces para someterse a la TC con el fin de determinar la cantidad de depósitos de calcio en las arterias del corazón. Los resultados fueron más fuertes para las partículas finas y los gases contaminantes relacionados con el tráfico llamados óxidos de nitrógeno.

 El estudio encontró que por cada concentración más alta de 5 mg/m3 de PM 2,5, o 35 partes por mil millones de mayor concentración de óxidos de nitrógeno -aproximadamente la diferencia entre las áreas más y menos contaminadas de un área metropolitana de Estados Unidos– los individuos tenían cuatro unidades Agatston por año más rápido en el ritmo de progresión de las puntuaciones de calcio en las arterias coronarias. Se trata de una aceleración del 20 por ciento de la tasa de estos depósitos de calcio.

mayo 27/ 2016 (JANO)

 

 

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