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Un estudio demuestra cómo un adenocarcinoma pulmonar puede afectar a la oscilación del reloj del organismo sobre el metabolismo lipídico y la sensibilidad a la insulina y la glucosa.
Científicos de la Universidad de California Irvine (UCI), Estados Unidos, que estudian cómo los ritmos circadianos –nuestros propios relojes biológicos– controlar la función hepática han descubierto que los tumores pulmonares pueden secuestrar este proceso y alterar profundamente el metabolismo. Su investigación, publicada en Cell, demuestra que un adenocarcinoma de pulmón puede afectar a la oscilación del reloj del cuerpo sobre el metabolismo lipídico y la sensibilidad a la insulina y la glucosa.
Paolo Sassone-Corsi y Selma Masri, del Centro de Epigenética y Metabolismo de la UCI y sus colegas descubrieron en estudios con roedores que el adenocarcinoma de pulmón envía señales al hígado mediante una respuesta inflamatoria, reconfigurando los mecanismos circadianos que gestionan las vías metabólicas. Como resultado de esta inflamación, se inhibe la vía de señalización de la insulina en el hígado, lo que lleva a la disminución de tolerancia a la glucosa y la reorganización del metabolismo de los lípidos
«Parece que los tumores de pulmón toman el control de la función metabólica circadiana en el hígado, lo que puede llevar a las mayores demandas metabólicas de las células cancerosas», afirma Masri, científico de investigación en el laboratorio Sassone-Corsi. «Creemos que este nuevo cableado distal de tejidos metabólicos no se produce sólo en el hígado, sino que sugiere una reorganización sistémica del metabolismo», agrega.
Los ritmos circadianos de 24 horas gobiernan los procesos fisiológicos fundamentales en prácticamente todos los organismos. Los relojes circadianos son los sistemas de seguimiento del tiempo intrínsecos en nuestros cuerpos que se anticipan a las fluctuaciones ambientales y se adaptan a la hora del día, por lo que cualquier cambio en estos ritmos puede influir profundamente en la salud humana. Hasta un 15 por ciento de los genes de las personas están regulados por el patrón de día-noche de los ritmos circadianos y casi el 50 por ciento de los que participan en rutas metabólicas en el hígado se ven afectados por estos ritmos.
La inflamación por el tumor altera varios mecanismos
Durante la última década, Sassone-Corsi –uno de los investigadores más importantes del mundo en ritmos circadianos– ha estudiado cómo el reloj biológico controla diversas funciones del hígado a través de la influencia de factores externos, como los patrones de día-noche y la nutrición. Esa vía les ha llevado a él y sus colegas a explorar cómo las enfermedades como el cáncer pueden afectar a estos reguladores.
A pesar de los numerosos avances notables en la investigación en los últimos 40 años, el cáncer sigue siendo un problema importante sin resolver y para muchos pacientes con cáncer, el deterioro de la fisiología y la función normal del organismo es la causa real de la muerte.
En este nuevo estudio, los autores vieron que la inflamación derivada de un tumor inhibe las vías de transducción de la señal de la insulina en el hígado, lo que llevó a la hiperglucemia en ratones con tumores de pulmón. También se suprimió la síntesis de ácidos grasos, mientras que los niveles de colesterol total se elevaron.
El laboratorio de Sassone-Corsi está analizando los factores secretados por los tumores de pulmón en un esfuerzo por asignar completamente los efectos metabólicos del cáncer y entender mejor la capacidad del adenocarcinoma de pulmón para actuar como un organizador de los relojes circadianos en los tejidos metabólicos.
«Es importante seguir aprendiendo más acerca de los procesos de los ritmos circadianos y cómo las enfermedades como el cáncer pueden alterarlos –subraya Sassone-Corsi, profesor de Química Biológica en la UCI–. Con un mayor conocimiento, podemos empezar a desarrollar intervenciones –tanto de comportamiento como farmacéuticas– que pueden ayudar a mantener y restaurar la buena salud de las personas».