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Un estudio muestra que los pacientes que están activos presentan un 47 % menos de riesgo de muerte en los 12 meses siguientes a una hospitalización de EPOC frente a los inactivos.
Cualquier cantidad de actividad física de moderada a vigorosa puede reducir de manera efectiva el riesgo de morir después de la hospitalización por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), según un estudio. La investigación, publicada en ERJ Open Research, aumenta significativamente la creciente evidencia de que debe emplearse la actividad física para monitorizar y tratar a los pacientes con EPOC.
Los pacientes con EPOC pueden ser hospitalizados si experimentan una exacerbación aguda de los síntomas. Las tasas de rehospitalización y mortalidad son altas después de cualquier hospitalización inicial y, además, las hospitalizaciones por a exacerbaciones graves de la EPOC suponen hasta el 70 % de los costes sanitarios asociados con la EPOC. Es fundamental que los profesionales sanitarios puedan identificar a pacientes con un alto riesgo de reingreso.
Los investigadores estudiaron los historiales médicos de 2.370 pacientes de Kaiser Permanente del Sur de California, en Estados Unidos, que fueron hospitalizados por EPOC durante un año. Los resultados encontraron que los pacientes que estaban activos tenían un 47 % menos de riesgo de muerte en los 12 meses siguientes a una hospitalización de EPOC frente a los inactivos.
Los pacientes que eran activos pero a niveles insuficientes todavía mantenían un 28 % menos de riesgo de muerte, en comparación con los pacientes inactivos. Los autores concluyeron que la monitorización de los niveles de actividad física podría ayudar a los profesionales sanitarios a identificar, controlar y tratar a los pacientes con un alto riesgo de muerte después de la hospitalización.
La autora principal, Marilyn Moy, profesora adjunto de la Facultad de Medicina de Harvard, señala: «Sabemos que la actividad física puede tener un beneficio positivo para las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica y estos hallazgos confirman que puede reducir el riesgo de morir tras la hospitalización por una exacerbación aguda. Los resultados también demuestran la importancia de la evaluación de la actividad física rutinaria en la atención clínica para identificar a pacientes de alto riesgo como parte de una estrategia más amplia para promover la actividad física en esta población altamente sedentaria».