feb
11
El abordaje de estenosis con válvulas transcatéter se consolida en pacientes de alto riesgo.El abordaje de la estenosis aórtica mediante el implante de la válvula a través de un catéter (TAVI) para la introducción del dispositivo por distintas vías, de las cuales la más frecuente es la femoral, se está consolidando en España en pacientes inoperables y de alto riesgo, como alternativa a la cirugía abierta.
Un curso internacional organizado por el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y en el que han participado algunos de los expertos que en distintos países del mundo tienen más experiencia en esta técnica ha servido para actualizar la situación de un procedimiento que se practicó por primera vez en el HUCA en el año 2007.
César Morís, cardiólogo intervencionista del área del corazón del HUCA, centro pionero en España en la introducción de esta técnica y uno de los que acumula la serie de pacientes intervenidos más amplia, con 68 pacientes implantados el año pasado, ha señalado que los resultados son «equiparables o incluso mejores a los de la cirugía abierta en pacientes de alto riesgo, con mucha menos invasión, ya que se evita una herida muy agresiva y la necesidad de circulación extracorpórea, al tiempo que se reduce la estancia hospitalaria y se acelera la incorporación a la vida diaria del paciente».
De hecho, la utilización de una válvula transcatéter es la única alternativa en un 30 por ciento de pacientes en los que la cirugía abierta está contraindicada por su elevado riesgo quirúrgico. En estos pacientes, el implante de la válvula disminuye la mortalidad en un 30 por ciento respecto al tratamiento médico. También está aumentando el uso de la TAVI en el tratamiento de los pacientes operados previamente del corazón y que son portadores de una prótesis aórtica degenerada. Actualmente está en marcha el estudio SURTAVI, aún en una fase inicial, con el que se intenta comprobar también si los resultados son equiparables a la cirugía abierta en pacientes de riesgo moderado. Por último, la FDA ha aprobado la realización de un ensayo para comprobar su interés en pacientes de riesgo bajo.
Alemania es uno de los países en los que la utilización de las válvulas transcatéter está más extendida, aplicándose esta vía de abordaje en el 40 por ciento de los casos. «Si no se tuviera en cuenta el componente económico aquí podríamos llegar también a esa cifra», ha indicado César Morís.
Durante el simposio celebrado en el HUCA fueron intervenidos seis pacientes en directo, casos todos ellos de cierta complejidad clínica y técnica.
Complejidad
En uno de los pacientes se abordó la intervención a través de la arteria carótida, vía utilizada por primera vez en España, «que resulta más compleja para el cardiólogo porque los apoyos en el trayecto de la prótesis valvular hasta la válvula nativa son diferentes a cuando se accede por vía femoral, al tiempo que es delicada por el territorio que irriga esta arteria, lo que exige medidas de protección del cerebro. No es una vía frecuente pero puede ser una alternativa cuando el resto están obstruidas».
Otras vías alternativas a la femoral son la subclavia y directamente por la aorta, abriendo en este caso un ojal entre las costillas. Jacobo Silva, director del área del corazón del HUCA, destacó los buenos resultados conseguidos por este centro con la implantación de esta técnica a través de un abordaje multidisciplinar de cardiólogos intervencionistas y cirujanos cardiacos, una orientación que tratan de aplicar a toda la actividad de la unidad «con el paciente como eje y que nos está permitiendo mejorar el rendimiento y la eficacia».
Por otro lado, en el curso se presentó también el marcapasos Micra, el más pequeño de los disponibles y que representa una décima parte del tamaño de los marcapasos actuales. Se trata de un dispositivo que se coloca directamente en el corazón mediante un catéter insertado a través de la vía femoral. Su principal ventaja es que no requiere el uso de cables para ofrecer terapia de estimulación ni incisiones quirúrgicas en el pecho ni la creación de un «bolsillo» debajo de la piel, lo que se traduce, según ha indicado César Morís, en una metodología de implante más rápida, menos invasiva y que consigue reducir complicaciones como riesgo de infección, rotura de electrodos o la colocación de un generador.
febrero 10/2016 (Diario Médico)