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El objetivo es determinar qué porcentaje de mujeres presenta este tipo de secuelas y en qué consisten para propiciar que en un futuro pueda aplicarse un programa de rehabilitación centrado en esta clase de daños.
Científicos de la Universidad de Granada (UGR) están desarrollando una investigación para determinar las secuelas cognitivas que el maltrato provoca en mujeres víctimas de violencia de género, un trabajo que pretende avanzar en un campo apenas estudiado a fin de favorecer en un futuro la aplicación de tratamientos de rehabilitación adecuados.
La iniciativa está siendo desarrollada en el Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento de la Universidad de Granada en el marco de un programa pionero en España que ofrece además atención psicosocial a niños y madres víctimas de violencia de género y en el que también están implicados la Diputación y el Ayuntamiento de Granada.
Esta investigación surge ante los escasos estudios que existen sobre cómo el maltrato puede afectar al cerebro, para lo que se está investigando el daño cerebral vinculado a los golpes en la cabeza y el estrangulamiento, entre otras lesiones, tal como ha detallado a Europa Press el profesor Miguel Pérez, catedrático de Neuropsicología y uno de los autores del estudio.
Los trabajos que existen apuntan a que las víctimas presentan dificultades cognitivas graves que tienen una clara relación con su funcionamiento cotidiano, como son los trastornos de memoria, de atención y de concentración y con la toma de decisiones e inhibición de respuesta tras las situaciones de maltrato físico.
En la actualidad, las mujeres maltratadas no son rutinariamente evaluadas para el diagnóstico del posible deterioro neuropsicológico, de modo que unas lesiones que si fueran causadas por un accidente serían incluso indemnizables en el caso de la violencia de la género «están pasando desapercibidas», relata Pérez.
En este estudio piloto se ha analizado a más de 40 mujeres víctimas de violencia de género y otras tantas que no lo han sido y a las que se ha realizado diversas pruebas de medición de memoria, de atención y de razonamiento comparando los resultados entre ambos colectivos.
El objetivo, según relata Pérez, es determinar cuántas mujeres están sufriendo este tipo de secuelas y en qué consisten para propiciar que en un futuro pueda aplicarse un programa de rehabilitación centrado en este tipo de daños cognitivos. La pretensión de los investigadores es seguir avanzando en este campo e iniciar para ello una campaña que permita obtener financiación para ampliar el estudio al conjunto de Andalucía.