dic
25
Cada año se diagnostican en España más de 21 000 casos de cáncer de pulmón, de los que un 20 % se detectan en mujeres. Dar visibilidad a los pacientes, normalizar la enfermedad, fomentar el diagnóstico precoz, frenar el tabaquismo y romper tabúes y complejos de los pacientes, son los objetivos que se ha propuesto la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón.En población femenina es el cuarto tumor en incidencia y la tercera causa de muerte por cáncer. Según Mónica Martín, presidenta de la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (Aecap).
La tardía incorporación la mujer al hábito tabáquico justifica este aumento en la incidencia y su diagnóstico en edades más tempranas sugiere que la población femenina tiene una mayor susceptibilidad a los carcinógenos del tabaco. Según Rosario García Campelo, oncólogo médico del Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña, y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), «la elevada incidencia, asociada al pronóstico adverso de este tumor y a su elevada mortalidad, ha hecho que por primera vez en Europa, en el año 2015, la mortalidad por cáncer de pulmón en población femenina vaya a superar la de mama».
No obstante, García Campelo ha añadido que también se ha elevado la incidencia entre los pacientes no fumadores en torno al 22 % en mujeres y al 3 % en hombre que nunca han fumado. Según ella, el tabaquismo pasivo, la dieta, el asbestos y la contaminación atmosférica podrían tener influencia en su aparición. «Es fundamental recordar a la sociedad y a los médicos de atención primaria que el hecho de no ser fumador no implica no seguir una serie de estudios ante determinados síntomas, como la tos crónica y bronquitis repetidas, la expectoración sanguinolenta, ronquera, pérdida de peso y apetito sin razón justificada, dolor en el pecho y falta de aliento o dificultad al respirar».
Eso síntomas tan inespecíficos son los responsables del retraso diagnóstico que, según José Miguel Sánchez Torres, oncólogo médico en el Hospital de la Princesa, de Madrid, produce que alrededor del 50 % de los pacientes hayan desarrollado ya metástasis en el momento de la detección. No obstante, García Campelo y Torres, han querido lanzar un mensaje de esperanza gracias a la mejora en la supervivencia de los pacientes, en las terapias y en las líneas de investigación en marcha. «El progresivo avance del conocimiento genético del desarrollo del cáncer ha permitido identificar alteraciones a nivel molecular que hacen posible instaurar tratamientos cada vez más específicos que consiguen supervivencias cada vez mayores con una elevada calidad de vida. El panorama que se presenta es un futuro esperanzador en el sentido de que estos conocimientos dan lugar a la identificación de subgrupos dentro del cáncer de pulmón con una alteración molecular específica hacia la que dirigir toda la estrategia de tratamiento», ha dicho Torres.
Bernard Gaspar, vicepresidente de la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (Aecap), ha señalado que desde la asociación se recogen los testimonios sobre la inequidad en el acceso a tratamientos. Por ello, García Campelo ha añadido que los retos de la asistencia en cáncer de pulmón deben incluir invertir en investigación básica y aplicada, asegurar programas de detección precoz, reducir la heterogeneidad en el acceso a fármacos, las demoras en la aprobación de las novedades terapéuticas y realizar un manejo integral del paciente. Torres ha explicado que «un solo especialista hace poco. El manejo óptimo debe ser interdisciplinar para mejorar la supervivencia o incluso cronificar la enfermedad. Todos los pacientes deben tener la misma oportunidad de diagnóstico, tratamiento y acceso a fármacos, independientemente de dónde residan».
Educación sanitaria
Puesto que el principal factor de riesgo del cáncer de pulmón es el tabaco, origen del 70-80 % de los casos, es necesario realizar campañas educativas. «Las campañas dirigidas a reducir el consumo han hecho un trabajo enorme y admirable pero aún hay población desprotegida, ya que 1 de cada 4 adultos fuma pero 1 de cada 3 adolescente también lo hace», ha dicho Torres. Por ello, hay que dirigir los esfuerzos a la educación sanitaria de la población joven, para que conozcan los peligros del consumo. En ello coincide García Campelo, para quien los mensajes emitidos hasta ahora no han calado en la población femenina adulta y mucho menos adolescente.»Tenemos que salir de la consulta y explicar a la gente joven lo que supone fumar».
diciembre 24/2015 (Diario Médico)