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La comunidad científica sospechaba desde hace décadas que la leucemia linfoblástica resulta de la interacción intrínseca de la susceptibilidad genética y los estímulos externos en la temprana infancia. Sin embargo, se desconocía cómo estos factores medio ambientales externos influyen en el sistema inmune de las personas que cuentan con determinada susceptibilidad de manera que con el tiempo acaba desarrollándose este tipo de leucemia.
Ahora, un estudio del Centro de Investigación del Cáncer (CIC-IBMCC) y la Universidad de Düsseldorf ha demostrado que los ratones con susceptibilidad genética sólo desarrollan leucemia linfoblástica aguda, cuando son expuestos a patógenos comunes. Por el contrario, los ratones con susceptibilidad que no son sometidos al contacto con patógenos, no desarrollan este tipo de leucemia.
Así, el trabajo demuestra que la susceptibilidad genética no determina el desarrollo de este tipo de cáncer en ratones. Además, se han identificado células preleucémicas que requieren de determinadas alteraciones genéticas para que la leucemia se manifieste clínicamente. Los ratones que desarrollaron leucemia y fueron tratados con inhibidores adecuados vivieron más que aquellos que no los recibieron. Estos resultados permiten que ahora se pueda dedicar por primera vez todos los esfuerzos a la prevención de la leucemia infantil y no sólo a su diagnóstico y tratamiento.
Los resultados de la investigación pueden tener aplicación en la medicina preventiva, tan relevante en la hemato-oncología. El modelo experimental presentado permite comprender mejor los mecanismos internos que originan la leucemia linfoblástica aguda (que es el cáncer más frecuente en la infancia), cuando el sistema inmune ha estado en contacto con agentes infecciosos en fase pre-leucémica, por tanto previa al diagnóstico clínico.
Los firmantes principales de la investigación son Alberto Martín-Lorenzo, del CIC-IBMCC, y la Dra. Julia Hauer de la Universidad de Dusseldorf, y los resultados se han publicado en la revista Cancer Discovery, de la American Association of Cancer Research.
El proyecto ha sido financiado por las fundaciones Joseph Carreras e Inocente, Inocente