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Un equipo de científicos de Francia, en colaboración con otros de China y Suecia, ha encontrado que las bacterias intestinales podrían ayudar a proteger de las enfermedades autoinmunes como la diabetes tipo 1.
Investigadores del Institut national de la santé et de la recherche médicale (Inserm), la Universidad Descartes de París y el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (CNRS), en colaboración con equipos científicos de China y Suecia, han descubierto cómo la microbiota protege frente al desarrollo de la diabetes tipo 1.
La investigación se ha publicado en Immunity.
El equipo coordinado por Julien Diana, becaria del Inserm en el Institut Necker-Enfant Malades, se concentra en una categoría de péptidos antimicrobianos llamados catelicidinas. Además de su función protectora, estos péptidos han exhibido también habilidades inmunoreguladoras contra varias enfermedades autoinmunes. Los científicos consideran que las catelicidinas podrían estar implicadas en el control de la diabetes tipo uno.
Lo primero que observaron fue que las células beta pancreáticas en ratones no enfermos producen catelicidinas y que están dañadas en ratones diabéticos. Para probar esta hipótesis, los científicos inyectaron catelicidinas a ratones diabéticos.
«Inyectar catelicidinas inhibe el desarrollo de inflamación pancreática y suprime el desarrollo de enfermedad autoinmune en estos ratones», aseguró Diana.
Evidencias
Dado que la producción de catelicidinas está controlada por ácidos grasos de cadena corta producidos por bacterias intestinales, el equipo de investigadores está estudiando la posibilidad de qué puede ser la causa de la deficiencia de catelicidinas asociada con la diabetes. De hecho, los investigadores han observado que los ratones diabéticos tienen niveles de ácidos grasos de cadena corta más bajos que los ratones sanos y que, transferir parte de las bacterias intestinales de ratones sanos a diabéticos, restablece los niveles normales de catelicidinas, lo que significa que reduce la aparición de diabetes.
Para los autores, «esta investigación es otra evidencia del innegable papel que juega la microbiota en las enfermedades autoinmunes, particularmente en el control del desarrollo de la diabetes autoinmune».
Datos preliminares sugieren que un mecanismo similar podría existir en humanos, lo que allana el camino a nuevas terapias contra la diabetes autoinmune.
agosto 07/2015 (Diario Médico)