Investigadores de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón en Estados Unidos han descubierto que los pacientes que padecen infecciones bacterianas peligrosas tendrían un mayor riesgo de perder la audición. Una inflamación por una bacteria infecciosa aumentaría la discapacidad auditiva al incrementar la absorción de antibióticos aminoglucósidos en el oído interno, según señala el estudio. Estos descubrimientos serán publicados en línea en la revista «Science Translational Medicine«.

«Actualmente, se ha aceptado que el precio que algunos pacientes tienen que pagar para sobrevivir a infecciones bacterianas que amenazan la vida es la pérdida de su capacidad para oír. Debemos tomar alternativas que no sacrifiquen la audición de los pacientes», explica Peter S. Steyger, doctor en investigación, profesor de otorrinolaringología, cirugía de cabeza y cuello, en el Centro de Investigación de Audición de Oregón y en Escuela de Medicina de la Universidad de Ciencia y Salud de Oregón. «La mayoría de los casos de pacientes tratados con aminoglucósidos son de niños con infecciones que amenazan la vida. El precio de esta pérdida incalculable lo soporta la sociedad y los pacientes. Cuando los niños pierden su capacidad auditiva, empiezan un largo y arduo proceso para aprender a escuchar y hablar. Esto puede afectar a la trayectoria de su educación y a su desarrollo psicológico; además tendría un impacto muy dramático en sus oportunidad de trabajo futuras, ingresos y calidad de vida».

AMINOGLUCÓSIDOS, TÓXICOS PARA EL OÍDO

Los aminoglucósidos, antimicrobianos que son indispensables para tratar estas infecciones bacterianas, son tóxicos para el oído. Aunque se usan por los médicos para tratar la meningitis, bateriema e infecciones respiratorias en fibrosis cística, los aminoglucósidos matan la células sensoriales en el oído interno que detectan el sonido y el movimiento.

Los niños en unidades neonatales de cuidados intensivos (Nicus, por sus siglas en inglés), están en especial riesgo. Cada año, aproximadamente un 80 % de los 600 000 ingresos en Nicus en los Estados Unidos reciben aminoglucósidos.

Este estudio se realizó con ratones saludables, a los que se les dio una dosis baja de aminoglucósidos. Los roedores experimentaron un pequeño incremento de la pérdida de audición. Si el ratón tenía una inflamación que es típica en las infecciones tratadas con aminoglucósidos en humanos, se producía un mayor grado de pérdida auditiva.

La investigación sienta las bases para mejorar los estándares de las pautas de cuidado en pacientes que están recibiendo aminoglucósidos. Para proteger su audición, los investigadores buscan desarrollar aminoclucósidos más dirigidos e instan a las clínicas a usar antibióticos no ototóxicos o fármacos no infecciosos para tratar a pacientes que padecen infecciones severas. Debido a su amplia disponibilidad y bajo precio, los aminoglucósidos se usa de forma frecuente a nivel mundial. Sin embargo, su uso clínico está limitado dado su riesgo conocido en la intoxicación renal aguda y en la pérdida permanente de audición, a pesar de todo, pueden llegar a salvar la vida en determinados casos de infecciones mortales.
julio 31/2015 (Diario Médico)

agosto 1, 2015 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Farmacología, Otorrinolaringología | Etiquetas: , , , |

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