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La epidemia de ébola que continua asolando África occidental y qué hacer para evitar que futuros brotes de enfermedades infecciosas como el de este mortal virus causen estragos similares será uno de los temas cruciales de la Asamblea Mundial de la Salud, que mañana comienza en Ginebra.
La Asamblea Mundial de la Salud (WHA) es la mayor reunión de toma de decisión de políticas sanitarias del mundo.
Cada mayo se reúnen en Ginebra representantes de los 194 países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), encabezados por sus ministros.
La Asamblea determina las prioridades sanitarias en el mundo, toma decisiones y abre el camino para que se legisle a nivel nacional.
Este año, además, se tiene que aprobar el presupuesto bianual 2016-2017 de la OMS, es por ello, que se añaden un par de días más a la agenda, y el evento que comienza mañana, lunes 18, concluirá el martes 26.
El tema de 2015 es «Construir sistemas de salud resistentes», precisamente en referencia al hecho de que una de las causas que llevó a que el brote de ébola en África occidental se convirtiera en una epidemia que ha infectado a casi 27 000 personas y causado mas de 11 000 muertos, fue la fragilidad de sus sistemas de salud.
Hay consenso entre los profesionales del sector salud, incluidos todos los ámbitos, de que existe la certeza de que un nuevo brote epidémico surgirá en el futuro.
No se sabe ni dónde ni cuándo, pero para evitar cometer los mismos errores que durante la actual epidemia hay que actuar rápido y hay que actuar ya.
Dos temas son cruciales: el refuerzo de los sistemas de salud de los países más pobres y debilitados por conflictos o catástrofes naturales; y la transformación o modificación de la OMS para que sea capaz de actuar ante emergencias sanitarias con rapidez y eficacia, algo que no ocurrió durante esta epidemia.
La dirección de la agencia sanitaria de Naciones Unidas ya ha entonado su «mea culpa» públicamente por no haber sabido reaccionar de forma correcta al reto que supuso el brote de ébola y se ha comprometido a transformar la organización para que ello no vuelva a ocurrir.
Todos los años se invita a una personalidad de renombre a dirigirse a la Asamblea. Este año la elegida ha sido la canciller alemana, Angela Merkel, que urgió a aprender de los errores cometidos durante la epidemia y que ostenta, además, la presidencia rotatoria del G7, el grupo de mayores potencias mundiales.
A nadie escapa que la reforma de la OMS y la creación de un departamento que sepa y pueda reaccionar ante emergencias sanitarias tiene que ir acompañado de un dotación presupuestaria extraordinaria.
Uno de los debates de la Asamblea será decidir sobre la creación de este fondo de contingencia, de cuánto dinero dotarlo y cómo financiarlo.
Las finanzas estarán de forma especial presentes en esta sesión porque los delegados deben aprobar el presupuesto 2016-2017.
Según las estimaciones de la dirección de la OMS, el presupuesto necesario para ese bienio estaría entorno a los 4400 millones de dólares, un aumento de entorno a un 10 %, respecto al actual.
Del presupuesto total, un cuarto proviene de dotaciones obligatorias para los estados miembros, y tres tercios de donaciones voluntarias.
De estas dotaciones voluntarias, que son alrededor de 3000 millones, la mitad provienen de donaciones directas de estados, y la otra mitad de instituciones y organismos internacionales, así como donaciones privadas.
Uno de los temas a debatir durante la Asamblea es la relación entre la OMS y los «actores no estatales», y como ésta se debe establecer y fiscalizar.
Durante la Asamblea habrá sesiones dedicadas a la resistencia antimicrobiana, al cambio climático y su relación con la salud, al paludismo, al dengue, y a la investigación y desarrollo (I+D).
mayo 20/2015 (PL)
Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2015 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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