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El sarampión está poniendo en evidencia a los detractores de la vacunación de los niños. Los casos de la enfermedad han aumentado en Europa, porque hay niños sin vacunar, especialmente en Alemania, y más aún en Berlín. La ciudad padeció este invierno un virulento brote de esta enfermedad con centenares de casos en los últimos dos meses.
Ante la negativa de algunos padres a vacunar a sus hijos, Australia decidió tomar medidas drásticas.
Su primer ministro, Anthony John Abbott, anunció el un plan para retirar los beneficios gubernamentales a esos niños no vacunados.
Conforme a las leyes actuales, las familias objetoras por motivos personales, filosóficos o religiosos reciben de los servicios sociales unos 15 mil dólares locales por niño al año, lo mismo que las familias que sí vacunan a sus niños, para sufragar el servicio de guardería y otros gastos.
No obstante, el jefe del Ejecutivo australiano afirmó que estas reglas serán “ajustadas” para reducir el número de excepciones y que se estiman entren en funcionamiento para inicios de 2016. “Esencialmente, es una política de ‘sin pinchazo, sin paga’. Es una medida importante para mantener a nuestros hijos y familiares lo más protegidos posible”, apuntó Abbott, cuya medida cuenta con el apoyo del opositor Partido Laborista.
Las autoridades locales estiman que unos 39 mil niños menores de siete años no han sido vacunados por la objeción de sus padres. El ministro de Servicios Sociales, Scott John Morrison, no precisó el posible número de familias que perderían los beneficios gubernamentales, aunque reseñó que los casos serían muy pocos. “La elección familiar de no inmunizar a los niños no es apoyada por la política pública o los estudios médicos, así estas acciones no deberían estar sostenidas por los contribuyentes en pagos por servicios sociales”, señaló Morrison.
Miedo a la vacunación
El número de niños en Australia que no han recibido inmunización contra el sarampión y otras enfermedades casi se ha duplicado en la última década, según el gobierno.
Las campañas contra la vacunación recientemente han ganado terreno en los países occidentales. Algunos padres creen que las vacunas causan autismo, pero la teoría ha sido desacreditada por muchos.
“Los exentos existentes por razones médicas o religiosas continuarán, pero las directrices para los eximidos por razones religiosas serán más estrictas”, dijo Abbott.
“Se requiere que la posición formal de ese organismo religioso sea informada al gobierno y aprobada por el gobierno. Esta es una restricción muy significativa”, dijo Morrison.
Agregó que ninguna de las principales organizaciones religiosas ha hecho alguna objeción formal a las inmunizaciones.
En respuesta al anuncio, más de 7 mil personas han firmado una petición en contra de las reformas.
abril 12/ 2015 –
Fuente: 20 Minutos -España