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Los investigadores han desarrollado un análisis de sangre que dicen que podría ayudar a los neurólogos a detectar la enfermedad de Parkinson y a seguir la enfermedad a medida que progresa.
«Si tienen éxito, esperamos que nuestros hallazgos se traduzcan en una herramienta diagnóstica valiosa para la enfermedad de Parkinson», afirmó la coautora del estudio, Judith Potashkin, profesora de farmacología celular y molecular del Colegio Médico de Chicago, de la Universidad de Medicina y Ciencia Rosalind Franklin.
Se estima que cada año se diagnostica párkinson a 60 000 personas en Estados Unidos, según la Parkinson’s Disease Foundation. No hay cura para la enfermedad, que puede provocar temblores y dificultar gravemente el movimiento. Aunque los medicamentos pueden ser útiles, la enfermedad empeora a lo largo del tiempo y los medicamentos no detienen su progresión.
Los médicos han diagnosticado tradicionalmente el párkinson mediante el análisis de los síntomas. Ahora, se dispone de escáneres cerebrales para obtener información, pero las imágenes de los escáneres aún pueden plantear algunas dudas, dijo Potashkin.
En su nuevo estudio, los investigadores dijeron que habían hallado dos marcadores genéticos que tienen una efectividad del 90 indicando la presencia del párkinson. Los marcadores están relacionados con el modo en que el cuerpo procesa la glucosa (el azúcar en la sangre) y la insulina, afirmó el autor principal del estudio, José Santiago, investigador asociado del Colegio Médico de Chicago.
Los investigadores dieron seguimiento entonces a 101 personas con párkinson y a 91 personas sanas. Descubrieron que la «expresión» genética cambió significativamente a lo largo de 3 años en los pacientes de párkinson.
Se necesita más investigación para confirmar que la prueba funciona, y los investigadores desearían hacerla más precisa. Tampoco está claro cuánto podría llegar a costar la prueba.
Un objetivo es mejorar «en gran medida» la precisión del diagnóstico del párkinson mediante una combinación del análisis de los síntomas, los escáneres cerebrales y los análisis de sangre, dijo Potashkin. También ayudaría a diagnosticar el párkinson en las etapas iniciales y usar los análisis de sangre para ver su progreso y si los medicamentos funcionan desde el principio, señaló.
Un análisis de sangre para diagnosticar el párkinson podría ser «mucho menos caro y más fácilmente accesible» que los escáneres cerebrales, comentó Julie Andersen, profesora en el Instituto Buck para la Investigación sobre el Envejecimiento en Novato, California.
El Dr. Somshuvra Mukhopadhyay, profesor asistente de farmacéutica en la Universidad de Texas, en Austin, calificó el nuevo estudio como «emocionante». Sin embargo, advirtió que «se necesita hacer más trabajo antes de que esto sea un estándar diagnóstico y clínico».
No está claro si el párkinson causa cambios en los genes o si los genes contribuyen en realidad al desarrollo del párkinson, dijeron los investigadores. Los dos genes están asociados con la diabetes, y los científicos sospechan que podría haber un vínculo entre ambas enfermedades.
«Se ha sugerido a partir de estudios clínicos tempranos que la diabetes podría ser un factor de riesgo del desarrollo subsiguiente del párkinson», dijo Andersen. «También es posible que el párkinson y la diabetes compartan una causas subyacentes parecidas asociadas con el envejecimiento».
El estudio aparece en la edición en línea del 3 de febrero de la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences«.
febrero 13/2015 (HealthDay)