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En la comunicación, para que la información se transmita de manera más eficaz, los humanos utilizamos señales multimodales como el habla y los gestos.
En la comunicación humana, para que la información se transmita de manera más eficaz, los humanos utilizamos señales multimodales como el habla y los gestos. La investigación llevada a cabo en los últimos veinte años indica que el gesto y el habla están estrechamente integrados en la comunicación humana, tanto desde el punto de vista semántico y pragmático como temporal.
Un estudio de investigadores de las Universidad de Barcelona y la Pompeu i Fabra ha demostrado que los bebés de nueve meses comprenden que los gestos comunicativos se integran con el habla.
Los estudios de percepción del habla en bebés de pocos meses han puesto de manifiesto que los bebés tienen la capacidad de percibir la sincronización temporal entre los movimientos de los labios y el sonido correspondiente, pero hasta ahora no se había estudiado la sensibilidad temprana de los bebés a la integración del habla y otros gestos comunicativos.
Un estudio, realizado por investigadores de la Universidad Pompeu i Farbra (UPF) y la Universidad de Barcelona, busca una mayor comprensión sobre cómo y cuando los niños empiezan a ser sensibles a la integración del gesto con el habla para producir ellos mismos estas combinaciones algunos meses más tarde.
La investigación explora la sensibilidad temprana de los niños en la coordinación entre el gesto y la parte acústicamente más prominente del discurso
Los autores del estudio, publicado en la revista «Infant Behavior and Development», han querido explorar la sensibilidad temprana de los niños respecto a la coordinación entre el gesto y la parte acústicamente más prominente del discurso, que los expertos en lingüística identifican con las sílabas acentuadas prosódicamente.
El estudio se ha llevado a cabo con bebés de nueve meses de edad, ya que en esa edad los niños aún no han desarrollado la capacidad de combinar gestos con el habla.
El experimento se llevó a cabo utilizando material audiovisual. El equipo de investigadores enseñó a los niños a observar unos vídeos en los que una persona señalaba mientras decía una palabra, y estos dos hechos pasaban al mismo tiempo y bien integrados. Cuando los bebés se acostumbrados a este hecho y empezaban a aburrirse, de repente, y sin que ellos notaran ningún otro cambio, se les presentó algunos vídeos en los que el gesto y el habla ya no estaban integrados.
Con este procedimiento, los autores observaron que cuando se les presentaban estos otros vídeos en los que no había integración, los niños volvían a mirar las imágenes con mucho interés, por lo que los autores del trabajo hacen la siguiente valoración: «esto nos indica que con sólo nueve meses los niños son capaces de notar si una persona hace coincidir el gesto con la parte más prominente del habla, la sílaba acentuada», señalan.