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Un neurotransmisor, la orexina, regula el consumo en atracón de dulces.
Un estudio publicado en la revista Science Direct , ha demostrado, en ratones, la participación de la molécula orexina en la ingesta excesiva e intermitente de azúcares. Este modelo de consumo, en atracón, constituye una forma de comer que puede derivar en trastornos alimentarios como la bulimia.
La orexina es un neurotransmisor encargado de enviar al cerebro mensajes relacionados con el proceso de nutrición. Entre sus funciones está la regulación de la alimentación basal, aquella que busca el aporte de energía necesario para el organismo, y la selección de comida que, como los azúcares, resultan agradables al paladar y además suponen un complemento calórico.
Su participación en esta forma de consumo, en atracón, explica por qué el organismo continúa ingiriendo estos alimentos cuando ya ha cubierto sus necesidades energéticas.
Los investigadores realizaron ensayos con ratones, sometidos a un modelo de consumo en atracón.
Durante dos horas al día, a lo largo de cuatro jornadas, los animales tenían la oportunidad de alimentarse con una solución dulce formada por sacarina o sacarosa disuelta en agua, además de su comida habitual. Luego, les administraron una sustancia antagonista a la orexina que impide el funcionamiento normal de ésta.
A partir de ese momento, el consumo de alimento dulce se redujo considerablemente, un 70-80 %, sin que ello supusiera una alteración en la salud de los animales.
El hecho de que los ratones no enfermaran y siguieran comiendo su pienso demuestra que la orexina está implicada específicamente en la ingesta de alimentos de alto valor reforzante, que gustan por su sabor.
Sin embargo, los expertos señalan la posibilidad de que esta forma de consumo en atracón, repetida en determinados intervalos, genere un consumo adictivo en personas vulnerables, es decir, aquellas cuyo organismo ofrece una respuesta irregular ante situaciones de alto riesgo.
febrero 2 / 2015 (Neurología)