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Un equipo de investigadores encabezado por Pablo Penaloza-MacMaster, del Centro Médico Beth Israel Deaconess, en Boston, avisa en un estudio que se publica en «Science» de los potenciales efectos catastróficos del desarrollo de una vacuna basada en potenciar solo las células T CD4. Se trata de una información útil, en especial para quienes investigan la inmunización frente a infecciones virales crónicas como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Los científicos constataron que una vacuna que solo genera ese tipo de linfocitos T induce una reacción inmune masiva en ratones, provocándoles una inflamación letal.
Las vacunas de células T están diseñadas para que el organismo reconozca y se defienda frente a patógenos específicos consiguiendo que los linfocitos T CD8 eliminen las células infectadas con la ayuda de los linfocitos T CD4.
Fallo multiorgánico
Los investigadores quisieron averiguar qué pasaba si una vacuna dirigida al virus de la coriomeningitis linfocítica activaba solo las células T CD4. Tenían la esperanza de que el papel cooperador de estos linfocitos sirviese para reforzar las respuestas tanto de los linfocitos T CD8 como las de las células B productoras de anticuerpos.
Sin embargo, no fue así. En ratones infectados por una forma crónica del virus, esta estrategia de inmunización desató una inflamación generalizada que condujo al fallo multiorgánico y a la muerte del 90 % de los animales solo 20 días después de la infección.
Sin embargo, en los ratones que también recibieron células T CD8 o anticuerpos específicos para el virus se logró una protección frente a esta respuesta inmune grave.
Estos resultados demuestran, según ha declarado otro de los autores del trabajo, Dan Barouch, también del Centro Médico Beth Israel Deaconess, «un potencial inconveniente de las vacunas dirigidas a solo una parte del sistema inmune. También nos enseñan que es imprescindible añadir respuestas antivirales CD8 y de anticuerpos a las respuestas CD4 en este sistema».
enero 21/2015 (Diario Médico)