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El Grupo Español del VIH-2 y HTLV publica esta semana en «Journal of Clinical Virology» los primeros datos sobre la eficacia en vivo del último inhibidor de la integrasa aprobado para tratar el sida. Hasta ahora se había estudiado a pacientes infectados por el VIH-1, el agente viral del sida más frecuente. Sin embargo, no había datos para el VIH-2, el segundo causante, que es común en África subsahariana.
Ana Treviño y Carmen de Mendoza, coordinadoras del estudio y que trabajan en el Instituto de Investigación del Hospital Universitario Puerta de Hierro, en Majadahonda (Madrid), han subrayado que estos resultados son pioneros y de gran aplicabilidad clínica. Carmen de Mendoza ha apuntado que en España hay comunicados más de 300 casos de infección por VIH-2. Aunque más de la mitad de estas personas son inmigrantes subsaharianos, una de cada cinco son nacidas en España e infectadas por vía sexual.
«El problema inicial es de sospecha diagnóstica: no presumir que se trata de un VIH-1, cuando puede ser un VIH-2 o estar los dos virus coinfectando al mismo paciente. La prueba de carga viral que se hace de forma rutinaria en los hospitales causa falsos negativos en pacientes con VIH-2 y, además, varios antirretrovirales no son eficaces frente a éste».
De Mendoza ha recordado que conviene excluir la presencia del VIH-2 antes de considerar la terapia antirretroviral en pacientes con posibilidad de haberse expuesto al virus africano.
El estudio español describe la evolución de ocho pacientes infectados por VIH-2 que fracasaron recibiendo raltegravir, el primer inhibidor de la integrasa aprobado para tratar el VIH/sida. Ana Treviño ha señalado que «dos de ellos, tras desarrollar resistencias a raltegravir, recibieron a continuación dolutegravir. Ambos presentaron una caída significativa de la carga viral del VIH-2, y uno alcanzó y mantuvo viremia indetectable desde entonces».
Las científicas han recordado que el dolutegravir es muy potente, sin apenas efectos secundarios, se toma como una sola pastilla al día, y apenas tiene interacciones. Con estas características, se postula como el antirretroviral de elección para tratar el VIH-2, con ventaja respecto a los pocos inhibidores de la proteasa que son activos frente al virus (entre ellos darunavir potenciado con ritonavir).
Con financiación del Instituto de Salud Carlos III, el Grupo Español del VIH-2 ha iniciado un proyecto de tres años para evaluar en la cohorte española la eficacia de diferentes combinaciones de antirretrovirales en pacientes con VIH-2. De forma preferente se comparan combinaciones triples con inhibidores de la integrasa frente a la proteasa.
enero 14/2015 (Diario Médico)