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El dispositivo utilizado contiene muy poco metal y está recubierto de un material que lo hace muy flexible, comparado con el resto de dispositivos actuales, lo que permite utilizarlo en pacientes de corta edad.
Las doctoras Dimpna Albert, Queralt Ferrer, Gemma Giralt y el Dr. Pedro Betrián, con Walild y su familia.
Walild nació con una alteración grave del corazón detectada durante el embarazo por la Unidad de Cardiología Fetal del Área Maternoinfantil Vall d’Hebron, que consistía en la presencia de un defecto en la pared que separa las dos aurículas del corazón. Dicha alteración le provocaba una sobrecarga muy importante en el corazón y los pulmones, le causaba dificultad para respirar y le hacía permanecer ingresado en Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital.
Pese al tratamiento médico, Walid no mejoraba; así, a la edad de 5 meses, se le implantó un nuevo dispositivo mediante un cateterismo cardiaco, sin tener que recurrir a la cirugía a corazón abierto. Este dispositivo contiene muy poco metal en su estructura y está recubierto de un material especial que lo hace muy flexible, comparado con el resto de dispositivos actuales, lo que permite utilizarlo en pacientes de corta edad.
El procedimiento se realizó en la Sala Cellex, una sala híbrida de última generación donada por la Fundación Cellex, que funciona como quirófano y sala de hemodinámica que permite abordar, a la vez y de forma multidisciplinar, el tratamiento de las lesiones cardíacas complejas con técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas. La intervención, la realizó el Dr. Pedro Betrián, cardiólogo pediátrico especialista en Hemodinámica, con el apoyo del personal de enfermería y de los profesionales del Servicio de Cardiología. Pocos minutos después de la intervención se observó una mejora del funcionamiento de su corazón y, cinco días más tarde, el niño recibió el alta hospitalaria. En los controles posteriores realizados por el equipo de Cardiología Pediátrica se ha constatado que su corazón ha recuperado la función normal. Actualmente, Walild, que ya tiene más de un año, se encuentra bien y se le ha suspendido toda la medicación que necesitaba.
«El caso de Walild es excepcional, porque se trata del paciente más joven en todo el mundo al que se ha realizado esta nueva intervención con este dispositivo. El hecho abre la puerta a poder usarlo en este grupo de pacientes especialmente delicados y ofrecerles así una alternativa al uso de dispositivos convencionales más rígidos, o tener que recurrir a la cirugía cardiaca a corazón abierto», explica el Dr. Ferran Rosés, jefe del Servicio de Cardiología Pediátrica del Área Maternoinfantil del Hospital Universitario Vall d’Hebron.
Un procedimiento infrecuente en pacientes menores de un año
Aunque el cierre de comunicaciones interauriculares mediante otros dispositivos forma parte de la práctica habitual en los servicios de cardiología pediátrica, generalmente se produce en niños de edades más elevadas.
La disponibilidad de nuevos dispositivos implantables para cateterismo, fruto de la investigación y desarrollo tecnológicos, permite ofrecer a estos pacientes una solución a su cardiopatía congénita con un riesgo de complicaciones mucho menor, así como una rápida recuperación.
septiembre 4/2014 (JANO.es)