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La radiocirugía puede controlar las metástasis cerebrales en una sesión ambulatoria y conseguir el control total y la máxima calidad de vida, además no interfiere en la aplicación de otros tratamientos oncológicos, según el doctor del Hospital Nisa Virgen del Consuelo Luis Larrea.
«A pesar de ser una terapéutica compleja de alta tecnología, la radiocirugía es una técnica ambulatoria que no requiere incisiones ni anestesia general», explica Larrea, quien añade que «el procedimiento dura una media jornada y el paciente puede volver a su actividad normal al día siguiente de la intervención. Además de efectivo resulta sencillo y cómodo para el paciente, que es tratado con máxima precisión y garantía de calidad».
La radiocirugía suele efectuarse con el paciente despierto y, en general, «no dura más de 30 o 40 minutos», tras el proceso de localización y simulación. Se realiza siempre una resonancia magnética con contraste , utilizando un sistema de estereotaxia cerebral. Después, informáticamente se tratan esas imágenes y se simula el depósito de las radiaciones hacia la lesión en cuestión, evitando que atraviesen órganos sensibles o de «riesgo», tales como los ojos, las vías ópticas o el llamado tronco cerebral.
La aparición de metástasis cerebrales en un paciente con cáncer, incluso intervenido con éxito, llega asociada a un «sombrío pronóstico con una supervivencia de pocas semanas y, en muchas ocasiones, daño cerebral que causa invalidez y mala calidad de vida». Tradicionalmente, se ha tratado a la mayoría de estos pacientes con radioterapia sobre toda la cabeza mediante 10 a 20 sesiones. Se conseguía con ello una mejor calidad de vida, «pero por un tiempo inferior al año, en muchos de los pacientes que vivían más de seis meses se observaba un deterioro intelectual que afectaba sus relaciones sociales».
agosto 14/2014 (JANO.es)