feb
27
Aunque es menos frecuente que la femenina y dependiente de muchos factores, la incontinencia masculina también precisa de correcciones para mejorar la calidad de vida del afectado. La que se trata con cirugía, al igual que la femenina, es una incontinencia de esfuerzo y, en la mayoría de los casos, existe un antecedente de cirugía, como una resección transuretral de próstata, una cirugía láser o una prostatectomía radical por cáncer de próstata. Los nuevos métodos tecnológicos, como la robótica Da Vinci, han conseguido «la continencia en más del 95 % de los casos, con mantenimiento de la función sexual y la continencia», según Jesús Moreno, jefe del Servicio de Urología del Hospital Clínico de Madrid y director y coordinador del V Curso Internacional de Cirugía de Incontinencia Urinaria y Suelo Pélvico que comienza en el citado centro hospitalario.
En incontinencia leve, según el urólogo, el procedimiento se basa en la colocación de una malla denominada TO Advance; para las moderadas se usan mallas regulables, siendo las más comunes la Remeex masculina y la Atoms, que permite rellenar la malla de líquido y darle más presión a la uretra para evitar el escape de orina.
Para las graves se emplea el esfínter urinario artificial, tanto el AMS y el más actual conocido como Flowsecure.
Cirugía para la urgente
Precisamente, en esta reunión internacional habrá un punto que, según Moreno, abrirá un interesante debate, ya que se trata del abordaje quirúrgico de la incontinencia urinaria de urgencia, tradicionalmente atendida con fármacos.
Wolfram Jäger, de la Universidad de Colonia (Alemania), ha propuesto un sistema quirúrgico que consiste en la colocación de una malla para la incontinencia de urgencia fijándola más abajo del promontorio sacro. Dispone ya de una serie de cien pacientes tratados en su centro, pero a pesar de ello, Moreno considera que suscitará debate porque «a pesar de que es positivo que un acto quirúrgico pueda corregir la alteración, aún queda por demostrar resultados a largo plazo».
La cirugía robótica mediante el Da Vinci también ocupará una parte de las sesiones de este encuentro.
Cirugía robótica
Moreno, cuyo servicio cuenta con la tercera serie mundial más amplia de abordaje de enfermedad de suelo pélvico con este sistema, señala que se están obteniendo muy buenos resultados, y más teniendo en cuenta que la mayoría de los pacientes son multioperados en los que han fracasado otras opciones terapéuticas. El cistocele, el cuello del útero, el rectocele y enterocele, así como el prolapso de cúpula vaginal son los compartimentos que pueden ser abordados por cirugía robótica. «La técnica está indicada en todos los compartimentos, pero fundamentalmente en el medio (prolapso de cúpula vaginal), en la fijación del útero para que no se prolapse y en cirugía del rectocele». El urólogo recalca que este abordaje consigue la recolocación de los órganos, «lo que ofrece resultados anatómicos y funcionales con gran repercusión en la calidad de vida y la función sexual».
febrero 26/2014 (Diario Médico)