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Una alteración de la angiogénesis en el feto y la placenta podría comportar el desarrollo de malformaciones de las válvulas cardiacas y los grandes vasos.
La expresión anómala de factores angiogénicos y antiangiogénicos en el tejido cardiaco del feto durante la gestación podría contribuir al desarrollo de algunas cardiopatías congénitas, según se desprende de los resultados de un estudio realizado por la Unidad de Insuficiencia Placentaria del Hospital Universitario Valle de Hebrón, así como por los grupos de Medicina Materno-Fetal y el Centro en Investigación en Bioquímica y Biología Molecular para Nanomedicina en Enfermedades Lisosomales y Fisiopatología Celular del Valle de Hebrón Instituto de Investigación (VHIR), en colaboración con el Kings College University Hospital, de Londres (Reino Unido).
El trabajo, que publica la revista European Heart Journal (doi:10.1093/eurheartj/eht485.), sugiere que la presencia de alteraciones en el proceso de angiogénesis ocurre también en la placenta, por lo que se puede detectar en la sangre materna y se postula como un potencial marcador diagnóstico que podría ser útil para el cribado durante el embarazo.
Los investigadores recogieron datos de 65 mujeres embarazadas y de sus hijos, a los que se les había detectado la presencia de anomalías cardiacas durante la ecografía morfológica, que se realiza alrededor de la semana 20 de gestación. Cada caso se comparó con el de tres embarazadas sin complicaciones en el mismo periodo gestacional, que dieron a luz niños fenotípicamente normales.
Los parámetros analizados fueron los niveles en suero materno de PIGF, sFIt y endoglina soluble (sEng) durante el segundo y el tercer trimestre del embarazo con el objetivo de determinar si estos cambios estaban relacionados con los marcadores angiogénicos y antiangiogénicos del cordón umbilical fetal y los resultados perinatales.
Estos hallazgos van en la misma dirección que los resultados obtenidos en los estudios animales previos y ponen en evidencia la existencia de un incremento en la señalización antiangiogénica durante el periodo embriogénico en los niños afectados.
Elisa Llurba, investigadora principal del estudio, ha explicado a Diario Médico que uno de los próximos pasos en esta línea de investigación será estudiar si tales alteraciones podrían ser la causa del desarrollo de algunas cardiopatías congénitas asociadas a malformaciones de las válvulas, como la Tetralogía de Fallot o los defectos del septo auriculoventricular.
Uno de los datos valiosos que aporta el trabajo es la evidencia, por primera vez, de que las alteraciones no son exclusivas del feto, según ha destacado la investigadora. Esto abre la puerta a nuevas hipótesis que podrían ir encaminadas a la búsqueda de herramientas de diagnóstico y predicción que podrían revertir en una mejora del pronóstico y supervivencia del bebé.
Ha explicado que, según la información que consta en la literatura médica, los marcadores angiogénicos también están alterados en las mujeres que desarrollan preeclampsia, lo que pone sobre la mesa una nueva incógnita de investigación sobre la potencial relación entre ambos problemas de salud: ¿podrían tener más riesgo de dar a luz a un bebé con una cardiopatía congénita las mujeres que presentan preeclampsia durante la gestación? Para responder serán necesarios nuevos estudios.
La mitad de los casos se escapan de la ecografía
Las cardiopatías congénitas afectan a ocho de cada mil nacidos en todo el mundo y sólo se detectan en el 50 % de los casos de forma prenatal mediante ecografía. Las malformaciones del corazón y de las grandes arterias son los defectos congénitos más comunes y representan una de las primeras causas de mortalidad neonatal. Se han concretado avances importantes en este campo de la investigación en los últimos años, con los que se han podido conocer algunos de los mecanismos que determinan la formación del corazón. Sin embargo, las causas de estas alteraciones todavía resultan un misterio la mayoría de las veces. Los nuevos hallazgos de este grupo de trabajo abren la puerta a la posibilidad de buscar un método de diagnóstico precoz más eficaz, que permita detectar la gran mayoría de los casos, lo que resulta fundamental para la adecuada elección del centro en el que nacerá el niño afectado y su oportuna intervención posterior.
diciembre 13/2013 (Diario Médico)
Karen Sliwa1, Alexandre Mebazaa. Possible joint pathways of early pre-eclampsia and congenital heart defects via angiogenic imbalance and potential evidence for cardio-placental syndrome.Eur Heart J (2013) Dic 2, 2013