La cirugía mínimamente invasiva reduce el daño estructural en el ojo. Los pacientes recuperan la visión útil en 24-48 horas tras la intervención.

Realizar una incisión inferior a los dos milímetros de longitud mejora los resultados de la cirugía de cataratas, ya que daña menos la estructura del ojo y acorta de forma importante la recuperación de la visión útil de los pacientes tras la intervención, según la experiencia del grupo de María Cruz Ciprés, jefa del Servicio de Oftalmología del Hospital de San Rafael, de Barcelona, y una de las pioneras en España en la realización de esta técnica.

La cirugía clásica para esta patología ocular se suele realizar con un corte de entre 2,8 y 3 milímetros y los pacientes tardan hasta cuatro semanas en recuperar la visión definitiva. Con la técnica mínimamente invasiva los enfermos tienen una visión útil al cabo de 24-48 horas.

Ciprés ha destacado a Diario Médico que otra de las ventajas que aporta reducir la incisión ocular es que la intervención resulta más barata, ya que se requiere menos instrumental y se reduce el tiempo quirúrgico, algo que ella considera especialmente importante en el actual contexto de crisis económica.

Este tipo de cirugía mínimamente invasiva es especialmente útil en los pacientes con cataratas complicadas y en los que presentan problemas de iris y de dilatación de la pupila

La idea de desarrollar la técnica para realizar la cirugía de cataratas de forma mínimamente invasiva se gestó en el año 2001, según ha detallado la cirujana, pero en aquel entonces existían muchas limitaciones de instrumental y no se disponía de un programa informático específico que permitiera concretar la facoemulsificación con incisiones menores a las acostumbradas.

Un grupo de cirujanos españoles, con la participación de Ciprés, colaboró activamente en el diseño de nuevas herramientas quirúrgicas y desde el año 2004 la técnica se pudo concretar como una alternativa para los pacientes.

Actualmente el Hospital San Rafael realiza esta técnica en todas las cirugías de cataratas y ha demostrado su superioridad frente a la intervención convencional en diversos estudios que constan en la literatura científica.

La cirugía mínimamente invasiva no tiene contraindicaciones específicas y es especialmente útil en aquellos pacientes que presentan cataratas complicadas, así como en los que tienen problemas para la dilatación pupilar y en los que padecen el síndrome del iris fláccido intraoperatorio (IFIS).

Las limitaciones para poder extender esta técnica a todos los hospitales son la curva de aprendizaje de los cirujanos y la disponibilidad del material específico, según ha explicado Ciprés.
octubre 31/2013 (Diario Médico)

noviembre 5, 2013 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Oftalmología | Etiquetas: , , , , |

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