sep
26
Investigadores de la Clínica Universidad de Navarra han comenzado un ensayo clínico cuya finalidad es probar la eficacia de un nuevo tratamiento contra el glioblastoma, uno de los tumores cerebrales más agresivos.
El virus que se utilizará es el adenovirus 24-RGD, diseñado especialmente para infectar y destruir las células tumorales. Para ello se han realizado dos modificaciones genéticas en el virus para hacerlo eficaz en el tratamiento del glioblastoma. Por un lado, se ha eliminado parte de la cadena genética del ADN que codifica una de las proteínas más importantes del virus, por lo que carecerá de la capacidad de multiplicarse en una célula normal sana y resultará inofensivo frente a ellas. Por otro lado, las células tumorales tienen la característica de permanecer siempre activadas para su multiplicación, por lo que el virus modificado podrá replicarse en su interior hasta producir la muerte de estas células pos lisis.
Funcionamiento del virus contra el tumor
En el virus también se ha modificado la denominada «fibra», el elemento con el que se adhiere a las células y penetra en ellas. Se ha añadido un segmento, el RGD-4C, que potencia su unión a la superficie de las células tumorales, lo que permite que el virus modificado penetre más fácilmente en las células del tumor.
El resultado previsto consiste en que el virus inyectado en el tejido cerebral afectado por el tumor entre en las células tumorales, se multiplique y consigua destruirlas. Una vez eliminadas, saldrán de ellas más copias del virus que volverán a infectar otras células tumorales. En caso de que estas se terminasen, el virus no podría multiplicarse más y moriría. Cabe la posibilidad de que pueda ser eliminado por el sistema inmune del propio paciente.
Segunda fase: combinado con un quimioterápico
Los investigadores pretenden combinar, por primera vez a nivel mundial en humanos, el tratamiento experimental con un quimioterápico, la temozolomida, el fármaco más empleado en el tratamiento de glioblastomas.
La siguiente fase del ensayo consistirá en combinar el virus con un fármaco de eficacia parcial ya comprobada, administrándolo antes de que la enfermedad esté muy avanzada. El equipo pretende reclutar a 31 pacientes con la enfermedad en primera recidiva, a los que se les practicará una biopsoa para confirmar la recidiva del tumor. Tras verificar la existencia del mismo, comenzará el ensayo con la inyección del virus modificado en el tejido cerebral. La inoculación del virus puede realizarse alrededor de la zona donde estaba el tumor si se ha extirpado o en el propio tumor en caso de que no se haya podido resecar.
Se espera que el virus se multiplique y ataque las células tumorales, pasando de unas a otras y eliminándolas. Tras la inyección del virus, el enfermo recibirá un tratamiento durante dos meses. Una vez finalizado, se vigilará si el tumor se ha controlado o se ha regenerado. La hipótesis se centra en que el efecto combinado del virus y el fármaco puede eliminar las células tumorales.
Se estima que la fase más importante del estudio esté concluida en dos años y medio desde el inicio del ensayo clínico. No obstante, los especialistas aseguran que en quince meses se obtendrán datos importantes de la mitad de los pacientes.
septiembre 26/2013 (Diario Médico)