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El principal motivo de consulta al oftalmólogo es el llamado síndrome de ojo seco (SOS), un trastorno que afecta a más de cinco millones de españoles. Entre otros muchos factores, aire acondicionado, contaminación y pantallas digitales ralentizan el parpadeo. Este síndrome –cuyo origen es aún desconocido– provoca irritación, fatiga ocular, sequedad y sensación de quemazón.
Puede sufrirlo cualquier persona, pero es más común en mujeres entre 40 y 50 años. Para Nieves Alonso Formento, oftalmóloga de la Unidad de Oculoplástica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, el SOS es «una enfermedad de las lágrimas y de la superficie ocular, que provoca síntomas de incomodidad, alteración de la visión e inestabilidad en la película lagrimal, con posible daño de la superficie del ojo».
Sin ser consciente uno está atento frente a la pantalla y parpadea muchísimo menos Los pacientes con SOS también presentan problemas para leer, sensación de arenilla y sensibilidad a la luz, lo que tiene una repercusión importante en la calidad de vida. Margarita Calonge, catedrática de Oftalmología de la Universidad de Valladolid, explica que esta sintomatología «dificulta muchas veces la realización de actividades cotidianas y puede provocar una disminución de la productividad laboral así como estrés».
El SOS tiene muchas causas y clasificaciones. La especialista Nieves Alonso asegura que la enfermedad se puede dividir en dos tipos: por déficit de la capa acuosa de la película lagrimal y por el aumento de la evaporación de la lágrima. La doctora indica que cuando el SOS está relacionado con las fallas en la capa acuosa, una de las razones para su aparición puede ser el síndrome de Sjögren. Este síndrome es mucho más complejo: además de la irritación ocular, asocia otras patologías, como la sequedad de las mucosas.
Factores de riesgo
El ojo seco puede ser una molestia leve que se resuelve con dosis de lubricación o convertirse en una verdadera pesadilla. La clave, para la especialista del Hospital Ramón y Cajal, está en mantener a raya los factores de riesgo:
Edad avanzada.
Déficit vitamínico Intervenciones, como la cirugía refractiva o de cataratas.
Uso de lentillas.
Embarazo.
Alergias.
Exposición al sol.
Tabaco.
Tratamientos como la quimioterapia.
La falta de parpadeo ante las pantallas.
Aire acondicionado y contaminación.
La lectura excesiva también se asocia a una mayor prevalencia del SOS, principalmente cuando se hace frente al ordenador. Según Nieves Alonso, «también influye la postura ante el ordenador. Inconscientemente uno está atento frente a la pantalla y parpadea muchísimo menos, entonces el ojo se reseca más por ese motivo». La catedrática Margarita Calonge señala que también pueden influir la disminución hormonal en la menopausia, la exposición a ambientes adversos, medicamentos como los antihistamínicos, los diuréticos y los antidepresivos, enfermedades como la diabetes mellitus y el déficit de vitamina A.
agosto 13/2013 (Diario Salud)