ago
31
Un estudio del Instituto Weizmann (Rehovot, Israel) publicado en Nature Neuroscience (doi:10.1038/nn.3193) ha demostrado que si ciertos olores están presentes tras unos sonidos durante el sueño, las personas empezarán a olfatear dormidas cuando escuchen el sonido otra vez, incluso cuando no hay olor, y, otra vez más tarde, cuando despierten. Esto demuestra que las personas pueden aprender nueva información mientras en la etapa de sueño lo que puede modificar incoscientemente su comportamiento al despertar.
Los científicos elaboraron un ensayo con un tipo de condicionantes que incluía exponer a los participantes a un sonido seguido de un olor, así los sujetos mostraban pronto una respuesta similar al tono como la que harían para el olor. Emparejar sonidos y olores presentaba algunas ventajas. No despertaba a los participantes (de hecho, ciertos olores pueden promover un sueño más profundo) y el cerebro procesaba la información durante el sueño. Además, el sentido del olfato mantiene una única medida no verbal que puede ser observada: el olfateo. Los investigadores demostraron que, en el caso del olfato, el cerebro durante el sueño actuaba de forma similar a cuando estaba despierto: el sujeto inhalaba profundamente cuando olía un aroma agradable pero cambiaba a una inhalación corta cuando le asaltaba un mal olor. Esta variación en el olfateo podría ser registrada tanto si los sujetos estaban despiertos o dormidos. Este tipo de condicionante, mientras que pudiera parecer bastante simple, está asociado a algunas áreas elevadas del cerebro, donde se incluye el hipocampo.
En el experimento, los sujetos durmieron en un laboratorio especial mientras su estado de sueño era contínuamente monitorizado. Mientras dormían, se emitía un sonido seguido de un olor agradable o no. Entonces, el proceso se repetía seguido ahora de un olor del extremo opuesto de la escala de agradabilidad. A lo largo de la noche, las asociaciones eran parcialmente reforzadas, de tal modo que el sujeto estaba expuesto únicamente al sonido. Los participantes reaccionaban a los tonos aislados de la misma forma que si el olor estuviera aún presente.
Al día siguiente, los sujetos ya despiertos volvían a escuchar los tonos aislados. A pesar de que no tenían conciencia de las pruebas realizadas durante la noche, sus pautas de respiración sí mostraban cambios. Cuando se producía una exposición a sonidos emparejados con aromas agradables, ellos olfateaban profundamente, mientras que los segundos tonos asociados a olores desagradables provocaban respiraciones cortas.
En un segundo experimento, el equipo de científicos dividió los ciclos de sueño según pertenecían a la fase REM o no, realizando las pruebas anteriores únicamente en una fase u otra. Sorprendentemente, demostraron que la respuesta estudiada era más pronunciada durante la fase REM, pero la transferencia de asociación del sueño al despertar era evidente sólo fuera de la fase REM. Los investigadores sugieren que durante la fase REM se está más abierto a la influencia de estímulos circundantes, pero la denominada amnesia del sueño que hace que se olvide gran parte de nuestros sueños, podría operar en alguno de los condicionantes mientras se duerme. En contraste, la fase no REM es importante para la consolidación de la memoria, lo que quizá podría jugar un papel importante en el sueño.
«Ahora sabemos que algún tipo de aprendizaje durante el sueño es posible», afirma Anat Arzi del Instituto Weizmann y uno de los autores del estudio. «Queremos encontrar dónde está el límite, es decir, qué información puede ser aprendida durante el sueño y cuál no».
agosto 272012 (Diario Médico)
Anat Arzi, Limor Shedlesky, Mor Ben-Shaul, Khitam Nasser, Arie Oksenberg. Humans can learn new information during sleep. Nature Neuroscience. 26 Agosto 2012