Actualmente, los pacientes con esta dolencia tan sólo disponen de dos opciones terapéuticas: la intervención quirúrgica y la “conducta expectante”.

Dos estudios de fase III sobre la ocriplasmina en los que participaron 652 pacientes, han demostrado que este tratamiento ocular en investigación resuelve la tracción vitreomacular y repara los agujeros maculares de forma significativamente mejor que el placebo en los pacientes con adherencia vitreomacular. Los resultados se publican en la revista New England Journal of Medicine (doi: 10.1056/NEJMoa1110823).

La adherencia vitreomacular (AVM), en la que se incluyen la tracción vitreomacular (TVM) y los agujeros maculares, es una dolencia ocular incapacitante, progresiva y relacionada con la edad que puede provocar distorsión visual, pérdida de agudeza visual y ceguera central. Solamente en Europa la padecen más de 300 000 pacientes. Alcon, de Novartis, posee los derechos de comercialización de ocriplasmina fuera de Estados Unidos, tras adquirirlos a la biofarmacéutica belga ThromboGenics, que los conserva para Estados Unidos.

“Los resultados del programa de fase III con ocriplasmina son importantes, ya que demuestran el potencial uso de un tratamiento enzimático para resolver la adherencia vitreomacular. Esto supone un gran avance para los pacientes con adherencia vitreomacular, que, actualmente, solo pueden recurrir a la intervención quirúrgica en una etapa más tardía de la enfermedad”, explica el Dr. Peter Stalmans, del Departamento Oftalmológico del Hospital Universitario de Lovaina, en Bélgica. “La mayoría de los pacientes que consiguió la resolución de la adherencia vitreomacular con una única inyección intravítrea de ocriplasmina lo hizo durante los primeros siete días”, precisa el Dr. Stalmans. Si se autoriza, la ocriplasmina podría ser la primera terapia farmacológica para tratar a los pacientes con adherencia vitreomacular.

En los pacientes con AVM, el cuerpo vítreo (la sustancia gelatinosa presente en la parte central del ojo rodeada por una membrana) se adhiere de una forma anormalmente tensa a la retina (la capa fotosensible de tejido del fondo del ojo), lo que puede provocar una tracción (‘tirón’) de la retina y síntomas como alteración de la visión. Si esta tracción sigue aumentando sin solución, se pueden producir agujeros maculares y ceguera central. La única opción de tratamiento para la TVM y los agujeros maculares es una intervención quirúrgica denominada vitrectomía (extracción del cuerpo vítreo del ojo). En los casos en los que la TVM y los agujeros maculares no son lo suficientemente graves como para requerir intervención quirúrgica, el tratamiento de referencia es una ‘conducta expectante’.

La ocriplasmina, una forma truncada y recombinante de una proteína humana (la plasmina), disuelve las proteínas que unen el cuerpo vítreo a la mácula (centro de la retina), aliviando la tracción y consiguiendo la separación posterior del cuerpo vítreo y la retina.

Alcon, de Novartis, posee los derechos de comercialización de ocriplasmina fuera de los Estados Unidos a la compañía biofarmacéutica belga ThromboGenics.
agosto 21/2012 (JANO)

Peter Stalmans, Matthew S. Benz, Arnd Gandorfer,  Anselm Kampik, Aniz Girach, Stephen Pakola. Enzymatic Vitreolysis with Ocriplasmin for Vitreomacular Traction and Macular Holes. N Engl J Med 2012; 367:606-615. Agosto 16, 2012

agosto 26, 2012 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Problemas de Salud | Etiquetas: , , |

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