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Actualmente, el 75 % de los adultos de EE. UU. a quienes se les recetan antipsicóticos toman los de segunda generación, que se desarrollaron en gran parte debido a preocupaciones sobre los efectos secundarios de sus predecesores, anotaron los expertos.
Los antipsicóticos de primera generación también se conocen como antipsicóticos típicos. Esta clase de medicamentos incluye a la clorpromazina (Thorazine), el haloperidol (Haldol), la perfenazina (Etrafon, Trilafon) y la flufenazina (Prolixin). Los fármacos de segunda generación, conocidos como antipsicóticos atípicos, incluyen a la risperidona (Risperdal), el aripiprazol (Abilify), la olanzapina (Zyprexa), el fumarato de quetiapina (Seroquel) y la ziprasidona (Geodon). Hay una importante diferencia de costo entre las dos clases de fármacos. Por ejemplo, el suministro de olanzapina para un mes puede costar 546 dólares, mientras que el suministro de haloperidol para un mes es de 18 a 27 dólares, según Consumer Reports.
Pero, ¿son estos medicamentos más nuevos realmente más eficaces o menos arriesgados? Investigadores de la Agencia para la Investigación y la Calidad de la Atención de Salud de EE. UU. revisaron 114 estudios sobre 22 comparaciones entre las dos clases de fármacos para responder a esa pregunta. Su revisión aparece en la revista Annals of Internal Medicine.
La revisión halló que los antipsicóticos de segunda generación no son mucho mejores que la versión anterior para el tratamiento de los síntomas positivos asociados con la esquizofrenia. «Síntomas positivos» es el término general para los síntomas de la psicosis como los delirios y las alucinaciones. En cambio, los síntomas negativos reflejan una reducción o pérdida de la función normal, lo que incluye la expresión o el habla.
Dos medicamentos de segunda generación, la olanzapina y la risperidona, sí parecen ser más efectivos para tratar los síntomas negativos cuando se comparan con el haloperidol, que es más antiguo, señalaron los investigadores.
No hubo suficiente evidencia para comparar los perfiles de riesgo entre las dos clases de fármacos, apuntaron los investigadores. Los riesgos a largo plazo de los antipsicóticos pueden incluir diabetes, síndrome metabólico mayor y un trastorno neurológico que provoca movimientos involuntarios repetitivos (discinesia tardía). El síndrome metabólico se refiere al conjunto de factores de riesgo que aumentan el riesgo de diabetes y enfermedad cardiaca.
«Los antipsicóticos típicos han estado disponibles por mucho tiempo, y son igual de buenos para tratar los síntomas de esquizofrenia que los más nuevos», aseguró la Dra. Dolores Malaspina, directora del Instituto de Iniciativas Sociales y Psiquiátricas del Centro Médico Langone de la NYU en la ciudad de Nueva York. En un futuro, los médicos podrían adoptar un abordaje de medicina personalizada para emparejar mejor los tratamientos con los síntomas y manifestaciones individuales de la enfermedad, sugirió.
Hasta entonces, «mi primera opción sería probar uno de los medicamentos que tienen el historial más largo, y luego cambiar, si es necesario», dijo Malaspina, y añadió que las principales diferencias entre los medicamentos de primera y segunda generación son los efectos secundarios.
En un comentario sobre la revisión, el Dr. David Straker, profesor clínico asistente adjunto de psiquiatría del Centro Médico de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, planteó que «los fármacos más recientes parecen más eficaces para los síntomas negativos, y como tal, ayudan con la concentración y la atención, pero cuestan mucho más y podrían tener más efectos secundarios metabólicos. Al final, hay que sopesar los riesgos frente al beneficio en cada paciente individual».
Y según el Dr. Roberto Estrada, psiquiatra del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York, la revisión plantea un importante tema al que se enfrentan los psiquiatras cuando tratan a personas con esquizofrenia.
«Antes de la introducción de los antipsicóticos de segunda generación, se conocían bien las limitaciones de los de primera generación, pero ahora los problemas metabólicos y el gasto asociados con el uso de antipsicóticos de segunda generación han creado más desafíos en el tratamiento de la esquizofrenia», señaló Estrada.
La nueva revisión «es incapaz de sacar conclusiones claras sobre las diferencias entre ambos en el tratamiento de la esquizofrenia», explicó Estrada. «Sin embargo, en la práctica clínica usando los fármacos de segunda generación, vemos una gestión de síntomas comparables con pocos efectos adversos agudos, pero efectos adversos distintos y de una larga duración equivalente».
agosto 14/2012 (MedlinePlus)
Lisa Hartling, Ahmed M. Abou-Setta, Serdar Dursun, Shima S. Mousavi, Dion Pasichnyk, Amanda S. Newton. Antipsychotics in Adults With Schizophrenia: Comparative Effectiveness of First-Generation Versus Second-Generation Medications: A Systematic Review and Meta-analysis. Ann Intern Med. 14 Agosto 2012