Luego de varios tiroteos públicos recientes en Estados Unidos, los expertos en salud pública creen que es momento de darle un nuevo enfoque al problema de la violencia con armas de fuego: una enfermedad social.

Afirman que se necesita un enfoque de salud pública para atender el problema, como las medidas de seguridad en carreteras, los cambios en productos y las leyes viales que redujeron el número de fallecimientos en accidentes vehiculares hace décadas, aun cuando el número de automóviles en las calles aumentó.

Un ejemplo: Las barandillas metálicas de seguridad en las autopistas ahora son curvas en relación con el suelo en lugar de tener bordes rectos sobresalientes que representan un peligro al momento de un choque.

«La gente solía quedar ensartada y culpábamos a los conductores por ello», dijo el médico Garen Wintemute, profesor de atención médica de emergencia que dirige el Programa de Investigación sobre Prevención de la Violencia en la Universidad de California, campus Davis.

Para reducir el número de decesos en ese entonces, no bastaba con tratar de mejorar las habilidades de conducción de las personas, y hoy no basta con abordar la violencia con armas de fuego enfocándose simplemente en las personas que perpetran los tiroteos, de acuerdo con Wintemute y otros médicos.

Lo que estos expertos proponen es un enfoque pragmático, con bases científicas, fundamentado en la realidad de una sociedad saturada de armas para buscar mejores maneras de evitar los daños que causan.

La necesidad de un nuevo enfoque se cristalizó el domingo para uno de los principales expertos del país en violencia armada, el médico Stephen Hargarten. El galeno atendió a varias de las víctimas del tiroteo en un templo sij, en el departamento de emergencias que dirige en Milwaukee. Siete personas murieron, entre ellas el agresor, y tres resultaron gravemente heridas.

El incidente ocurrió dos semanas después del tiroteo en el que murieron 12 personas y otras 58 resultaron heridas en una sala de cine de Colorado, y dos días antes de que un hombre se declarara culpable de matar a seis personas y causar heridas a otras 13, entre éstas a la entonces representante Gabrielle Giffords, en Tucson, Arizona, el año pasado.

«Lo que me angustia es: ¿Se trata de una nueva norma social?  ¿Es con esto con lo que tendremos que vivir si tenemos más acceso personal a las armas de fuego?», dijo Hargarten, jefe de medicina de emergencia en el hospital Froedtert y director del Centro de Investigación de Traumas de la Escuela de Medicina de Wisconsin.

«Tenemos un problema de salud pública que atender», sentenció. » ¿Vamos a esperar al siguiente estallido o hay algo que podamos hacer para evitarlo?».

Entre 260 y 300 millones de armas de fuego están en manos de civiles en Estados Unidos, donde cerca de un tercio de los hogares cuenta con una. Las armas de fuego se emplean en dos tercios de los homicidios, de acuerdo con cifras del FBI.

En cerca de 9% de los delitos violentos se utiliza un arma de fuego, o unos 338 000 casos cada año.

Más de 73 000 pacientes fueron atendidos en salas de urgencia en 2010 por causa de lesiones con arma de fuego, según un cálculo de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
agosto 13/2012  (AP)

Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2011 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

agosto 15, 2012 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Sociología | Etiquetas: , , |

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