El consumo de alcohol en mujeres se ha igualado al de los hombres, lo que acarrea un abordaje distinto al que se realizaba hasta ahora. Esta es una de las conclusiones del simposio científico Mujer y alcohol.

Tradicionalmente el consumo de alcohol entre las mujeres quedaba relegado al ámbito doméstico o a la clandestinidad, además de asociarse con problemas personales o psicológicos. Sin embargo, según se ha puesto de manifiesto en el simposio científico Mujer y alcohol, organizado en Valencia por la Sociedad Científica Española de Estudios Sobre el Alcohol, el Alcoholismo y las Otras Toxicomanías (Socidrogalcohol), los patrones han cambiado de forma radical, enfocándose el problema en mujeres jóvenes y en el marco de un proceso de sociabilización.

Según ha explicado a DM Francisco Pascual, miembro de la Junta Directiva de Socidrogalcohol, médico de la Unidad de Conductas Adictivas de Alcoy (Alicante) y asesor técnico de la Federación de Alcohólicos Rehabilitados de España (FARE), «antes veíamos más mujeres de mediana edad (40-50 años) que solían beber en un entorno familiar porque tenían una serie de problemas y utilizaban el alcohol como si fuese un sedante».

Según Pascual, «ese perfil vivía o vive de forma clandestina su problema, sobre todo porque la sociedad ha seguido considerando este fenómeno como mal visto». En ocasiones, este proceso iba unido a fracasos matrimoniales o al síndrome del nido vacío, lo cual complicaba la situación. En los últimos tiempos se ha producido un cambio en el perfil, ya que «vemos mujeres más jóvenes, incluso de 30 años, con problemas con el alcohol». Además, otra diferencia es que «han empezado a beber en un entorno más social y amigable y, de hecho, sus problemas con el alcohol no tienen una causa psicológica previa».

En este sentido, ha destacado que «la mujer va consiguiendo y alcanzando los mismos logros que tenía el hombre y que al igualarse en derechos, condiciones de vida y tipos de consumo, lo ha hecho en lo positivo…, pero también en lo negativo».

De hecho, en ciertas franjas de edad, sobre todo hasta los 20 años, los consumos de alcohol de las mujeres han superado al de los varones. Además, Pascual ha expuesto que «la mujer añosa bebía de forma más pausada, pero la joven bebe como los chicos».

Efectos y abordajes
Además,»dado que la mujer tolera peor el alcohol, el tiempo entre que inicia el consumo y comienzan a aparecer los problemas es más corto, y la gravedad de los cuadros tanto a nivel psicopatológico como orgánico son mayores». También se aprecia cierta tendencia al consumo de otras sustancias, aunque ese fenómeno varía en función de la edad. «La mujer más añosa es policonsumidora de hipnosedantes, mientras que las más jóvenes, al igual que los hombres, consumen también cannabis y cocaína».

Respecto a diferencias de abordaje en función del sexo y/o la edad, «las mujeres que hemos visto tradicionalmente llegaban con más enfermedad y problema social. Por el momento se ha visto que hacer una psicoterapia de grupo es más efectiva en estas pacientes, por lo menos en los primeros pasos (posteriormente se desarrollan otras etapas de crecimiento personal, donde ya es indiferente)».

Además, Pascual ha explicado que es necesaria una intervención intensiva desde el punto de vista psicológico para averiguar «si detrás de ese consumo hay carencias personales que se tengan que trabajar, ya que si no las recaídas serán mucho más frecuentes».

Asimismo es importante «realizar un enfoque de reestructuración de la forma de vida de esta persona y de trazarle unos objetivos para que vuelva a ser feliz, aunque el abordaje de las bebedoras actuales no presenta diferencias respecto a los varones y creo que deben tratarse igual y, además, juntos».

CAMBIO EN LA PERCEPCIÓN SOCIAL
Según Francisco Pascual, de Socidrogalcohol, en los últimos años las cifras globales de consumo de alcohol «se han mantenido y parece incluso que disminuyen; pero también la gente que consume, lo hace en mayores cantidades». En su opinión, «deberíamos llegar a un consenso sociosanitario similar al que se alcanzó con el tabaco; es decir, la sociedad y los colectivos médicos y de pacientes deberían hacer un bloque en común». Así se debería «trabajar de forma positiva al informar sobre el consumo de alcohol en los jóvenes en situaciones de riesgo: conducción, embarazo y consumo en menores.

El cerebro de las personas se desarrolla hasta los 21 años aproximadamente, con lo cual deberíamos tender a que la tolerancia con el consumo de menores fuese cero». No obstante, ha reconocido, «esto implica un cambio en la concepción social del alcohol y reconocer que no debería considerarse como un alimento porque es mayor el perjuicio que ocasiona que el beneficio. Pero, claro, esto ya es un tema de largo recorrido».
julio 17/2012  (Diario Médico)

julio 18, 2012 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Bienestar y Calidad de Vida, Compuestos Químicos y Drogas, Psiquiatría | Etiquetas: , , |

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