Josep Redón recalca las ventajas de simplificar los tratamientos para mejorar la adherencia, a la vez que se combinan fármacos con el olmesartán, tanto en enfoque dual como triple.

Entre el 15 y el 20 % de los pacientes hipertensos necesitan tomar una triple combinación de fármacos antihipertensivos. La combinación de varios medicamentos en una sola pastilla supone un cambio de régimen terapéutico que favorece la adherencia al tratamiento, mejora el control de la presión sanguínea y reduce los efectos secundarios. Josep Redón, catedrático de Medicina Interna en la Universidad de Valencia y presidente de la Sociedad Europea de Hipertensión, insiste en que la falta de conciencia sobre el riesgo que muestran tanto pacientes como algunos médicos es decisiva en la interrupción del cumplimiento y adherencia a los tratamientos antihipertensivos.

Numerosos estudios constatan que se trata de un problema multifactorial en el que intervienen causas técnicas como las dosis prescritas y la simplificación de la medicación -muchas pastillas en distintos horarios pueden desalentar al paciente-, pero también se estima el factor educativo: la forma en que el paciente comprende el impacto y las razones del tratamiento.

Se observa, además, una diferencia entre lo que dicen las guías y la práctica médica cotidiana, debido a la llamada «inercia clínica», que el internista califica de inexplicable. «Cuando un médico le dice al paciente con presión sanguínea de 150 mmHg que vuelva a los tres meses está poniéndole en riesgo». Actualmente, en personas que no padecen diabetes u otros factores de riesgo, se consideran aceptables los niveles de presión arterial sistólica inferiores a 140 mmHg y de presión diastólica por debajo de 90 mmHg. El internista recuerda el cambio de paradigma que se ha dado en el tratamiento de la hipertensión: «Ya no decimos que cuanto más baja esté la presión arterial sea mejor, sino que se trate cuanto antes, aunque nos queda por saber cuándo es ese antes».

MÁS CONTINUIDAD CON ARA II
En la conmemoración de los diez años de olmesartán en Europa, celebrada en Roma por la compañía que lo investigó y desarrolló, Daiichi-Sankyo, Redón ha explicado que el cumplimiento y la adherencia al tratamiento mejora el control de la presión sanguínea, y reduce los riesgos de insuficiencia cardiaca crónica, cardiopatía coronaria e ictus. Ha aportado datos que demuestran que la menor tasa de discontinuidad se da en los tratados con ARA II. También ha mencionado la combinación de tres antihipertensivos: olmesartán medoxomil, amlodipino e hidroclorotiazida, pendiente de comercialización en Europa como Sevikar, en cinco dosis distintas para pacientes que padecen hipertensión moderada o grave.
junio 20/2012 (Diario Médico)

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