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Un estudio australiano revela que diversas alteraciones metabólicas que se manifiestan con el exceso de adiposidad pueden estar asociadas con el asma.
Los niños obesos son más propensos a tener asma bronquial de origen alérgico que aquellos que llevan una dieta sana, y el efecto de su tratamiento es menor, según estudios publicados en Australia y Reino Unido.
En concreto, la investigación, realizada por el departamento de Medicina Respiratoria y del Sueño del Instituto de Investigación Médica John Hunter en Newcastle (Australia), revela que «diversas alteraciones metabólicas que se manifiestan con el exceso de adiposidad pueden estar asociadas con el asma», y que «la eficacia de los corticoides inhalados se reduce» y «su función ventilatoria y su actividad bronquial se ven afectadas de manera negativa».
Otro estudio realizado por la Universidad de Dundee (Escocia), prueba cómo el índice de masa corporal está relacionado con el efecto que tienen los medicamentos para el asma en niños con sobrepeso y niños con peso normal. «Se observaron mejoras significativas en el grupo de peso normal, mientras que los síntomas eran solo atenuados en los niños con obesidad», aclara.
Al menos 1 de cada 10 niños de entre 6 y 7 años son obesos y de ellos alrededor del 12 % son asmáticos, según datos de la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica (SEICAP). «Los alergólogos pediátricos hemos comprobado que las niñas adolescentes obesas son más propensas a tener asma y además todos ellos tienen más posibilidades de desarrollar otro tipo de alergias debido al proceso inflamatorio que subyace en la obesidad», explica el doctor Luis García-Marcos, miembro del grupo de trabajo de Vías Respiratorias de SEICAP.
Este experto precisa que la obesidad afecta al sistema respiratorio de los niños, al alterar su mecánica respiratoria y al provocar que el organismo esté en un estado proinflamatorio, «lo que influye en la propia inflamación pulmonar».
Otros factores que influyen a la hora de que un niño padezca asma infantil son el tabaco, la contaminación o la exposición a los hongos en casas con manchas de humedad, señala una revisión realizada por el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental de Barcelona y publicada en Current Allergy and Asthma Reports (doi: 10.1007/s11882-012-0254-7) .
No obstante, este experto explica que existen también factores que protegen frente al asma infantil, como la lactancia materna, pues «se ha comprobado que niños lactados durante 3 o más meses tienen menos riesgo de asma, al menos en los primeros años de vida». La dieta mediterránea rica en frutas, verduras, proteínas, cereales y aceite de oliva también disminuye el riesgo.
abril 22/2012 (JANO.es)
Josep M. Antó. Recent Advances in the Epidemiologic Investigation of Risk Factors for Asthma: A Review of the 2011 Literature. Current Allergy and Asthma Reports, publicado marzo 15/2012.