Aunque la sexualidad es una de las claves más importantes de la salud física y psicológica de las mujeres, lo cierto es que ni muchos especialistas preguntan a sus pacientes por ella y muchas de sus pacientes prefieren seguir sufriendo en silencio sus problemas sexuales. Ahora, y por primera vez, se publican los datos de una gran encuesta realizada con ginecólogos y obstetras de Estados Unidos que pone de manifiesto que con demasiada frecuencia estos especialistas no están teniendo «conversaciones» con sus pacientes y que, cuando surge el tema, es probable que se debata solo superficialmente.

Científicos de la Universidad de Chicago son los autores de la investigación en la que han participado 1154 ginecólogos y obstetras con una media de edad de 48 años, tal y como recoge el último The Journal of Sexual Medicine (DOI: 10.1111/j.1743-6109.2012.02702.x).

Estudios recientes estiman que un tercio de las «mujeres jóvenes y de mediana edad y alrededor de la mitad de las mayores experimentan algún tipo de problema sexual, como libido baja, dificultad en la lubricación, dolor durante el coito, incapacidad para alcanzar el orgasmo…. El comportamiento sexual, como tener varias parejas o no usar medidas de protección, se relaciona con factores de riesgo como, infecciones de transmisión sexual, VIH o enfermedad pélvica inflamatoria.

Todas estas condiciones comprometen la salud reproductiva, y la general, además de casusa anorgasmia, trastornos del deseo sexual. Pueden no dar síntomas, lo que hace imprescindible la comunicación médico-paciente, dado que detrás de estos signos se puede ocultar una enfermedad grave», reconocen los investigadores.

Aunque estudio previos han demostrado que entre las distintas especialidades, los ginecólogos y obstetras tienden más que el resto a «tener en cuenta la historia sexual de sus pacientes… hemos querido llevar a cabo un ensayo sobre las prácticas comunicativas de estos expertos con sus pacientes y las características individuales, ya que este conocimiento es vital para la implantación exitosa de la reciente guía del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos que recoge por primera vez la disfunción sexual femenina», agregan.

Por todo ello, los científicos distribuyeron un cuestionario sobre su comunicación con las pacientes en varios aspectos de la salud sexual femenina. Los datos revelan que mientras que casi dos tercios de los especialistas preguntaba sobre la actividad sexual a sus pacientes, otros aspectos relacionados con ella no salían a colación en las consultas. Además, solo un 40% indagaba de forma rutinaria sobre problemas sexuales o disfunciones, y tan solo un 29% charlaba con ellas sobre su satisfacción con la vida sexual. Únicamente, el 28% cofirmaba de forma rutinaria la orientación sexual de sus clientas. A más edad de los especialistas, menos probabilidad de indagar en la vida sexual de las pacientes. «Así, solo el 11% de los médicos de 60 años preguntaba a sus visitantes sobre su identidad sexual, frente al 32% de los que tenían 45 años o menos y el 28% de los que estaban entre los 46 y los 59 años», apunta el trabajo.

Asimismo, los expertos graduados en el extranjero eran los que parecían establecer más comunicación en esta materia que los graduados nacionales: un 82% frente el 71%, respectivamente. Nuestro estudio, «una muestra representativa de los ginecólogos y obstetras de Estados Unidos demuestra que la mayoría sí indaga de forma rutinaria en si sus pacientes son sexualmente activas, sin embargo, otros aspectos como la identidad sexual o la funcionalidad se quedan fuera», reconocen los autores en sus conclusiones.

«Preguntar a una paciente si es sexualmente activa no nos dice si tiene buena función sexual o cambios en la misma que pueden indicar problemas graves de fondo», destacan los investigadores. La formación y la experiencia de este tipo de expertos «les sitúa como los mejores proveedores de la salud sexual femenina.

Sin embargo, cuando ellos hablan de sexo con sus pacientes tienden a centrarse en las actividades sexuales. No hablan de identidad y orientación sexual, de satisfacción, de placer, de problemas o disfunciones, aunque estos factores son vitales para el diagnóstico y tratamiento de muchas enfermedades», reconocen los científicos de la Universidad de Chicago. Por eso, sugieren, «que se debe mejorar en ciertas áreas de comunicación con los pacientes. Y esta mejora depende de la formación postgrado, de la demanda de la paciente, de la disponibilidad de tratamientos eficaces para los problemas sexuales femeninos y, sobre todo, de una mejor relación médico-paciente».
abril 5/2012 (Diario Salud)

Nota: El artículo no está disponible

Janelle N. Sobecki, Farr A. Curlin, Kenneth A. Rasinski, Stacy Tessler Lindau. What We Don’t Talk
about When We Don’t Talk about Sex: Results of a National Survey of U.S. Obstetrician/Gynecologists. The Journal of Sexual Medicine, versión preliminar marzo 22/2012.

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