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Tener anemia puede triplicar el riesgo de mortalidad al año de haber sufrido un ictus, según un estudio que ha presentado Jason Sico, profesor de Neurología de la Universidad de Yale, en New Haven, en la Conferencia Internacional de la Asociación Americana del Ictus, que se está celebrando en Nueva Orleáns.
En los pacientes con ictus la anemia es un buen predictor del riesgo de mortalidad. Estudios previos habían observado que los sujetos con anemia que habían tenido un infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardiaca y renal eran más propensos a morir al año del diagnóstico de la enfermedad, pero muy pocos estudios se habían centrado en la relación entre ictus y anemia.
Los investigadores revisaron los datos de 3750 hombres tatados por el primer ictus isquémico en 131 centros de veteranos de Estados Unidos.
Si se comparaban con los supervivientes a un ictus que no tenían anemia grave, los anémicos eran 3,5 veces más propensos a morir en el hospital y tenían 2,5 más probabilidades de morir al año. Los supervivientes de un ictus con anemia moderada era dos veces más propensos a morir entre los seis y los doce meses siguientes al ictus. En el estudio se consideró un rango de hematocrito saludable situado entre 38 y 42%; de 33 a 37 era anemia leve; entre 28 y 32%, anemia moderada, y cuando el hematocrito se situaba por debajo del 27% era anemia grave.
Ingresos
El grupo de Sico también analizó las muertes hospitalarias al mes, a los dos meses y al año basándose en la anemia que presentaban los pacientes.
Para establecer una relación independiente entre la anemia y el riesgo de mortalidad, los investigadores eliminaron los factores que podían alterar los resultados, entre los que se encuentran la edad, la gravedad del ictus, los factores de riesgo de ictus, los signos vitales, los resultados de los análisis de laboratorio y la salud de los pacientes antes y despés de haber sufrido el ictus.
Teniendo en cuenta estos resultados, los pacientes con ictus y con anemia tienen que conocer su riesgo elevado de mortalidad al año. Por eso, las medidas preventivas se deben basar en modificar las causas de la anemia.
Una posible explicación entre el ictus y la anemia en hombres es que durante el ictus isquémico la anemia puede alterar los vasos sanguíneos para responder a los cambios en la presión. Otra posibilidad es que los paciente anémicos hayan desarrollado también diversos factores de riesgo que se asocian a ictus.
VIGILAR LAS ARRITMIAS
Las arritmias ocasionales parecen ser la causa de un 20% de ictus de los que no hay causas establecidas y aproximadamente el 33% de los pacientes que han ingresado por un ictus abandonan el hospital sin conocer la causa de su ictus. Daniel Miller, del Hospital Henry Ford, en Detroit, ha comentado que identificar y tratar las arritmias ocasionales puede reducir la recurrencia del ictus un 40% cuando se les trata con aspirina. Estudios previos habían indicado que el ritmo irregular durante al menos 30 segundos puede indicar más episodios prolongados de fibrilación auricular paroxística. Por eso, se recomienda monitorizar cardiológicamente a los sujetos que hayan sufrido un ictus de causas desconocidas.
INFECCIONES E ICTUS EN LA INFANCIA
Los niños con infecciones comunes corren un alto riesgo de sufrir un ictus isquémico, según un estudio presentado en la Conferencia Internacional de la Asociación Americana de Ictus. En una revisión de 2,5 millones de niños, el grupo de Heather Fullerton, de la Universidad de California en San Francisco, identificó 126 casos en los que el ictus había tenido lugar durante la infancia. Luego seleccionaron aleatoriamente 78 controles emparejados por edad. Descubrieron que el 29% de los que sufrieron un ictus habían padecido alguna infección en los dos días que precedieron al accidente cerebrovascular, frente al 1% de infecciones en los controles en esas mismas fechas.Los investigadores también identificaron tres controles libres de ictus por cada caso. Descubrieron que las infecciones agudas eran más importantes a la hora de desencadenar un ictus que las crónicas. El grupo de Fullerton cree que las investigaciones futuras deberían centrarse en el papel potencial de medicamentos antinflamatorios que puedan prevenir las recidivas.
febrero 5/2012 (Diario Médico)