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Más de un millón de personas en Estados Unidos son portadores del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) así como 55 320 adolescentes, de los cuales el 48% vive sin saberlo, aseguró la Academia Estadunidense de Pediatría (AAP).
En la edición de noviembre de la revista Pediatrics (doi:10.1542/peds.2011-1761 ), la AAP publicó datos de un estudio realizado desde el 2006, en el que se detectó que el 20% del total de los infectados ignoraba ser portador del VIH, cifra que es mayor en el caso de los jóvenes adolescentes.
El texto «Los adolescentes y la infección por VIH: El papel del pediatra en la promoción de pruebas de rutina», recomienda a los médicos de la población juvenil ofrecer en forma sistemática la prueba de detección del virus, en particular a los que tienen vida sexual activa o están expuestos a otros factores de riesgo.
«En las comunidades donde la prevalencia de pacientes con VIH es superior al 0.1%, se deben promover discusiones sobre riesgos sexuales y realizarse exámenes de rutina, al menos una vez, en los consultorios pediátricos a todos los jóvenes de entre 16 a 18 años», indica.
En tanto, en áreas de bajo riesgo, la detección se recomienda para los adolescentes sexualmente activos y aquellos con otros factores de riesgo de contraer el VIH, tales como el abuso de sustancias, añade.
El estudio reconoce que existen muchos obstáculos a los que se enfrentan los pediatras en la promoción de pruebas sistemáticas del virus entre sus pacientes.
«La mayoría de los jóvenes sexualmente activos no sienten que están en riesgo de contraer el VIH y nunca se han sometido a una prueba», apunta.
La postura de AAP, firmada por el Comité de Sida Pediátrico de la organización, asegura que los pediatras pueden desempeñar un papel clave en la prevención e identificación del VIH que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).
Ello, agregó, mediante la promoción de la reducción de riesgos que ofrece el asesoramiento y las pruebas de rutina a los pacientes adolescentes y adultos jóvenes.
Los pediatras deben proveer un ambiente de tolerancia y facilitar el debate abierto sobre el riesgo y orientación sexual, señala.
«Además de conocer y reconocer los síntomas del VIH, entender las leyes estatales con respecto a las pruebas de la juventud y de manera rutinaria evaluar comportamientos sexuales y de uso de sustancias de sus pacientes. La obtención de una historia sexual y la creación de un ambiente que promueva la asesoría de riesgo sin prejuicios, es un componente clave de la visita médica de los adolescentes», afirma.
Los exámenes para detectar en adolescentes otras infecciones de transmisión sexual deben incluir el del VIH en la misma visita y en el caso de los jóvenes que no reciben los servicios regulares de prevención médica, las pruebas pueden llegar a ellos en las salas de atención de urgencia en zonas de alto riesgo.
La AAP reconoce que a pesar de los grandes avances en el tratamiento y los esfuerzos constantes para detectar las poblaciones beneficiarias de las pruebas de prevención de esta infección, el número de infectados sigue siendo elevado.
Destaca que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomienda la pruebas del VIH universales y de rutina para todos los pacientes atendidos en centros de atención de la salud, que son personas con edades de los 13 a los 64 años.
noviembre 1/2011 (Notimex)
Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2011 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»
American Academy of Pediatrics. Policy Statement: Adolescents and HIV Infection: The Pediatrician’s Role in Promoting Routine Testing. Pediatrics 2011; 128:5 1023-1029; publicado en versión preliminar de octubre 31/2011.