El moxifloxacin funciona bien combinado con amoxicilina y ácido clavulánico en el tratamiento de las exacerbaciones agudas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) complicada, según revelan nuevos datos. No obstante, el primero podría tener ventaja en casos en los que se identifica el patógeno bacteriano causante.

En un ensayo aleatorizado, doble ciego, de no inferioridad, llevado a cabo entre 1352 pacientes con EPOC complicada y una exacerbación, en casi la 1/5 parte de los pacientes habían fracasado, a nivel clínico, el tratamiento antibiótico, con independencia del régimen recibido, según se desprende de los resultados hechos públicos en la Conferencia Interciencia sobre Agentes Antimicrobianos y Quimioterapia.

Sin embargo, los análisis secundarios revelaron que en el subgrupo de pacientes en quienes se identificó el patógeno bacteriano causante, en los esputos, antes de que se iniciara el tratamiento antibiótico, el fracaso clínico fue mucho menos probable para los que recibieron moxifloxacin, miembro de la familia antibiótica de las fluoroquinolonas.

“Yo creo que, clínicamente, esto se traduce en que, sí, podemos usar antibióticos en este grupo de pacientes,” aseguró el investigador jefe, Dr. Sanjay Sethi, en una entrevista que tuvo lugar en la citada conferencia, patrocinada por la Sociedad Americana de Microbiología. Si bien en pacientes en quienes se identifica un patógeno bacteriano causante o se sospecha de la presencia de uno, “el moxifloxacin suele funcionar mejor en dicho subgrupo de pacientes.”

La diferencia parece deberse a que el moxifloxacin erradica mejor las bacterias, añadió. “Así, ante un patógeno bien identificado, erradicando la bacteria, se consiguen grande resultados, a nivel clínico.”

Ambos antibióticos se toleraron bien, según el Dr. Sethi. El moxifloxacin podría tener una ligera ventaja en términos de conveniencia, ya que se administró 1 vez/día durante 5 días, comparado con el régimen de administración de 2 veces/día durante 7 días para la amoxicilina-ácido clavulánico. Comparativamente, los costes dependerán del mercado de cada sitio así como de la disponibilidad de las fórmulas genéricas.

El Dr. Sethi utiliza las quinololas así como la amoxicilina y el ácido clavulánico.  Cuando está seguro, a nivel clínico, de que un paciente presenta un patógeno predominante, o cuando un biomarcador como la proteína C reactiva o el nivel de procalcitonina indica “que probablemente se trate de una bacteria, suelo utilizar el ‘moxifloxacin,’ ” cuando así lo indican los datos, añadió.

Determinadas directrices, como las directrices Iniciativa Global contra la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (GOLD), citan ambos regímenes antibióticos como idénticas alternativas para tratar a pacientes con EPOC complicada, como aquellos que padecen, de base, obstrucción grave de las vías aéreas, exacerbaciones recurrentes o patologías cardíacas comórbidas, explicó el Dr. Sethi, jefe del departamento de cuidados pulmonares e intensivos, y medicina del sueño de la Universidad estatal de Nueva York (Buffalo).

“Lo que me dice este estudio es que lo hicimos bien,” me refiero a citar ambos regímenes como alternativas terapéuticas, comentó. “Son sólo análisis secundarios pero podría haber un subgrupo de pacientes con un patógeno predominante, que estos regímenes podrían combatir de manera distinta.”

En un nuevo hallazgo, el estudio también reveló que la erradicación temprana de las bacterias, al final del tratamiento antibiótico, aumentaba la posibilidad de curación clínica al cabo de 8 semanas, con independencia del antibiótico recibido por los pacientes. Esta asociación “no se ha descrito muy bien en las exacerbaciones EPOC,” señaló el Dr. Sethi.

Los pacientes EPOC fueron aptos para el ensayo, denominado MAESTRAL (Moxifloxacin frente a Amoxicilina-Ácido Clavulánico en el Tratamiento de las Exacerbaciones Agudas de la Bronquitis Crónica), si tenían > 60 años, exacerbaciones tipo 1 según los criterios de Anthonisen (esputos purulentos, muchos esputos y una importante disnea), si tenían un volumen expiratorio forzado en el 1er segundo < 60% de lo que cabría esperar y si habían experimentado > 2 exacerbaciones el año anterior que precisaran antibióticos sistémicos y/o corticosteroides sistémicos.

Los sujetos fueron aleatorizados en números iguales a recibir moxifloxacin (400 mg 1 vez/día durante 5 días, por vía oral) o amoxicilina + ácido clavulánico (875 y 125 mg 2 veces/día durante 7 días). Se recogieron muestras de esputos antes de iniciar el tratamiento y, desde ese momento, se recogieron las muestras en serie, para determinar la tinción de Gram y hacer un cultivo.

El punto final primario del ensayo fue el índice de fracaso clínico (definido como la necesidad de tratamiento adicional o alternativo, contra la exacerbación, con antibióticos sistémicos, corticosteroides sistémicos y/u hospitalización) 8 semanas después de terminar el tratamiento antibiótico. Los investigadores definieron la no inferioridad como una diferencia en el índice de dicho punto final de no más del 6% entre ambos grupos.

Los pacientes estudiados tenían una media de edad de 70 años, siendo el 80%, varones. Poco más de 1/3 parte de los pacientes tomaron corticosteroides sistémicos. Su FEV1 medio estaba en torno a 980 mL, y el nº medio de exacerbaciones que habían tenido el año anterior era de unas 2.5.

Los resultados del estudio, hechos públicos durante la presentación de un póster, revelaron que el índice de fracaso clínico no fue inferior con el moxifloxacin, comparado con la amoxicilina-ácido clavulánico, ni en la población con intención de tratar (20.4% frente a 21.6%) ni en la población por protocolo (20.6% frente a 22.0%).

Algo menos de la mitad de los pacientes presentaban, al menos, una bacteria potencialmente patógena aislada, en la muestra de esputos, previo a iniciar el tratamiento antibiótico, la mayoría Haemophilus influenzae, Pseudomonas aeruginosa, Streptococcus pneumoniae, Moraxella catarrhalis y Staphylococcus aureus.

En este subgrupo de pacientes, el índice de fracaso clínico menor con el moxifloxacin que con la amoxicilina-ácido clavulánico tanto en la población por intención de tratar (19.0% frente a 25.4%; P = .02) como en la población por protocolo (19.2% frente a 26.1%; P = .03). Un nuevo análisis reveló índices más altos de erradicación bacteriana con el moxifloxacin, sobre todo, índices más altos de erradiación de H. influenzae (89.2% frente a 66.7%).

En la población del estudio, comparados con la persistencia bacteriológica o superinfección, los pacientes que presentaron erradicación bacteriológica al final del tratamiento antibiótico, fueron más propensos a curarse 8 semanas después (79.7% frente a 54.7%; P  < .001). El hallazgo fue el mismo en cada uno de los dos grupos a tratamiento.

El índice de efectos secundarios al tratamiento fue del 7.8% con el moxifloxacin y del 6.1% con la amoxicilina–ácido clavulánico. Los efectos secundarios más comunes fueron cefalea, diarrea y cuadros febriles.
Octubre 5/2011 CHICAGO (Family Practice News)

octubre 7, 2011 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Farmacología, Neumología | Etiquetas: , , |

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