sep
22
Sugerir que un tratamiento alivia el dolor torácico, no sólo disminuye el dolor, sino también modifica de manera directa las arterias del corazón.
Luego de evaluar a 30 pacientes con dolor torácico, un equipo observó que aquellos a los que les comunicó que se les administraría una infusión analgésica dijeron sentir alivio del dolor.
Pero también sufrieron una modificación mensurable de las arterias cardíacas: un estrechamiento leve, pero evidente, de los vasos sanguíneos.
Ningún participante tenía enfermedad cardíaca; se les mencionó «el fármaco» (en realidad, solución salina inocua) solo cuando el examen clínico no había revelado obstrucciones arteriales.
El punto clave es el poder de sugestión: en los participantes provocó un cambio objetivo en los vasos, sostuvieron los doctores Karin Meissner y Joram Ronel, de la Universidad Técnica de Múnich, en Alemania.
«El hallazgo principal fue que los vasos coronarios reaccionaron claramente ante una simple intervención psicológica», señalaron los expertos a Reuters Health.
Y la reacción fue opuesta a la que esperaban los investigadores, que les habían dicho a los pacientes que recibirían un fármaco para dilatar las arterias y aliviar el dolor torácico.
En cambio, hubo una pequeña constricción vascular en todo el grupo que no tiene una explicación biológica, según aseguraron los autores.
En una persona sana bajo estrés, el sistema nervioso dilata las arterias para que aumente la circulación de la sangre a todo el organismo. Cuando baja el estrés, los vasos se estrechan nuevamente.
«Cuando el corazón trabaja menos, disminuye la necesidad de sangre y los vasos están menos dilatados que durante una situación estresante», explicaron Meissner y Ronel.
Los autores agregaron que en una persona con enfermedad cardíaca, la situación podría ser distinta.
Los resultados, publicados en American Heart Journal (doi:10.1016/j.ahj.2011.06.016), describen un fenómeno observado en los ensayos clínicos de enfermedad cardíaca: los participantes que reciben un placebo (tratamiento inactivo) refieren una reducción de los síntomas, como el dolor torácico. Se desconoce en qué porcentaje eso se debe a un efecto psicológico o uno biológico.
Para comprenderlo mejor, el equipo de Meissner y Ronel estudió a 30 pacientes evaluados mediante una angiografía coronaria.
Con ayuda de un catéter, que los médicos introducen por un vaso hasta el corazón, y una tintura especial, se pueden detectar con rayos X obstrucciones arteriales causantes del dolor torácico.
Luego del examen, y mientras los pacientes aún estaban recostados en la mesa de estudio, los autores los asignaron al azar al grupo tratado con «sugestión verbal» o a un grupo de control.
Ambos grupos recibieron una inyección de solución salina en el catéter. A un grupo se le dijo que era para dilatar las arterias y aliviar el dolor, y al otro grupo no se le dio explicación alguna.
El grupo tratado con sugestión verbal informó una reducción del dolor torácico después del procedimiento con un leve estrechamiento vascular. En el grupo de control, el dolor no disminuyó y el equipo detectó una leve dilatación de las paredes vasculares.
Los autores sospechan que la disminución del dolor fue un «efecto indirecto» de la sugestión verbal, aunque no pudieron asegurar si, o hasta qué punto, los cambios vasculares influyeron de alguna manera.
Septiembre 21/2011 (Medlineplus)
Nota: Los lectores del dominio *sld.cu tienen acceso al artículo a texto completo a través de Hinari.
Meissner K, Ronel J, Mehilli J, Ladwig KH, Blättler H.Effects of verbal suggestion on coronary arteries: Results of a randomized controlled experimental investigation during coronary angiography.Publicado en American Heart Journal;162(3):507-11. Agosto 11/2011