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Los expertos consideran que el 99% de descenso de la población de estos insectos durante el final de la década de los noventa podría deberse al caos imperante en los nuevos patrones de precipitación.
El número de muertes relacionadas con el paludismo entre los niños ha disminuido drásticamente en los últimos cinco o seis años.
Un grupo de investigadores daneses y tanzanos ha descubierto que el mosquito portador del parásito de esta enfermedad ha desaparecido prácticamente de aquellos lugares en los que no existe un control organizado de estos mosquitos, pero aún se desconocen los motivos de esta desaparición.
Hay varias hipótesis sobre la reducción de la incidencia del paludismo en muchos países subsaharianos, pero los investigadores aseguran que “sin los datos adecuados no se puede decir si se ha erradicado o si se encuentra en reposo antes de volver con más virulencia”.
“Muchos de los expertos creen que la caída en países como Tanzania, Eritrea, Ruanda, Kenia y Zambia se debe a todos los programas de control de los mosquitos, en particular al uso de mosquiteros”, explica el profesor Dan Meyrowitsch del departamento de investigación de servicios sanitarios de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).
Según Meyrowitsch, “esa no puede ser la causa última porque desde hace más de diez años se han ido recogiendo y contando el número de mosquitos en las aldeas de Tanzania y el número de los recogidos en las trampas se redujo de 5300 en el 2004 a solo 14 en el 2009, y éstos fueron recogidos de los pueblos sin mosquiteros”.
Meyrowitsch cree que la desaparición del 99% de la población de mosquitos que transmiten el paludismo durante el final de la década de los noventa “parece estar ligada a la disminución de las precipitaciones, por lo que puede deberse a cambios climáticos globales”.
Sin embargo, del 2003 al 2009 el volumen de precipitaciones fue más estable, si bien la lluvia fue más caótica y cayó fuera de la temporada, “por lo que esto puede haber alterado el ciclo natural de desarrollo de los mosquitos”, afirma el investigador.
“Sin duda, es una buena noticia porque el número de muertes relacionadas con el paludismo entre los niños ha disminuido drásticamente en los últimos cinco o seis años, pero necesitamos saber por qué”, reclama Meyrowitsch, y añade que “la pregunta es si los mosquitos han sucumbido a la enfermedad, o las comunidades al uso de pesticidas, o si la caída se debe a los nuevos patrones de precipitación”.
Por ello, los expertos aseguran que al no tener clara la respuesta “no se podrá predecir cuándo podrá volver el mosquito transmisor del paludismo, algo que podría ser peligroso ya que muchos niños y adultos que no han estado expuestos a esta dolencia en los últimos cinco o seis años han perdido o han dejado de desarrollar la inmunidad contra el parásito”.
agosto 29/2011 (JANO)
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