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En España, hasta 20 000 personas pueden llegar a sufrir disfonía espasmódica, una pérdida permanente de la voz.
La mayoría derivada de la cicatrización de las cuerdas vocales que pueden conducir a la disminución o incluso la pérdida total de la capacidad de hablar. Pero tras los pocos tratamientos que existen -tan solo se soluciona de forma puntual con toxína botulínica-, ahora los científicos se han propuesto dar voz a los sin voz.
Un equipo de investigadores de Harvard y del MIT han desarrollado un material sintético inyectable que puede ser implantado en las cicatrices de las cuerdas vocales para restaurar su función.
En vez de enfocar el problema de forma fisiológico, observaron las cuerdas vocales como un problema mecánico, es decir, que no atacan el tejido de la cicatriz en las cuerdas vocales. Fijan la sustancia conocida como polietilenglicol (PEG) en las mismas, ya está aprobado por la FDA para otras aplicaciones médicas.
Al jugar con la estructura molecular del PEG, los investigadores fueron capaces de marcar en una variación que imitaba la viscoelasticidad de los movimientos de las cuerdas vocales, ya que se comporta de forma similar a los tejidos naturales. Además, puede restaurar la vibración de las cuerdas vocales que se han endurecido debido a la cicatrización. De aprobarse de forma definitiva su uso se debería inyectar en periodos semestrales.
julio 16/2011 (Diario Salud)