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Investigadores de la Clínica Mayo, en Rochester (Estados Unidos), han detectado que una mutación genética de la que se creía que aceleraba el crecimiento tumoral en los pacientes afectados de cáncer de tiroides hace en realidad lo contrario, es decir, inhibe la propagación de las células malignas. El hallazgo, presentado en el Congreso de la Sociedad Americana de Endocrinología, podría abrir la puerta a nuevos tratamientos para esta enfermedad.
\»No se trata de un oncogén, como todo el mundo creía\», explica el doctor Honey Reddi, autor del estudio que ha demostrado que la proteína de fusión PAX8/PPARy, desarrollada a partir de la mutación de un gen de fusión presente en la mayoría de carcinomas tiroideos foliculares, funciona como un tumor supresor mediante la estimulación (activando la producción natural) del microRNA-122 y el PTEN, dos agentes antitumorales que se generan de forma natural.
Según Reddi, dicha proteína de fusión es el resultado de la traslocación de material genético entre los cromosomas humanos 2 y 3.
Estudios anteriores in vitro de la proteína PAX8/PPARy apuntaban a una rápida aceleración del crecimiento celular, lo que hizo que los investigadores llegaran a la falsa conclusión de que funcionaba como un oncogén.
Sin embargo, estudios posteriores en animales sugieren que el PAX8/PPARy estimula la famosa proteína anticancerígena PTEN, así como la microRNA-122, y que probablemente activa otras moléculas anticancerosas.
Uno de los objetivos del equipo es la identificación de otros marcadores como el microRNA, lo que permitiría identificar una enfermedad benigna y evitar la necesidad de someter a los pacientes a una operación quirúrgica inmediata innecesaria.
junio 9/2011 (JANO)