ene
14
La vacuna contra el herpes zóster –culebrilla- podría prevenir cientos de miles de casos anuales si se aplicara a los adultos mayores que la necesitan, indicaron expertos.
Según un nuevo estudio, los adultos mayores vacunados fueron un 50% menos propensos que los no vacunados a desarrollar culebrilla, según artículo publicado en la Journal of the American Medical Association (JAMA).
En el 2006, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó la vacuna -Zostavax, de Merck- para mayores de 60 años. Nunca se había probado la vacuna en “condiciones del mundo real”, como los consultorios médicos.
\»No sabíamos cuán bien funcionaría la vacuna en la comunidad\», dijo el doctor Hung Fu Tseng, investigador de Kaiser Permanente de California.
El equipo de Tseng comparó los resultados de la inmunización en unos 75 000 personas beneficiarias del plan de salud de Kaiser Permanente con 225 000 beneficiaros sin vacunar. Todos tenían 60 años o más y se excluyeron los casos en los que no está recomendado el uso de vacuna viva.
A través de las historias clínicas electrónicas, el equipo pudo identificar a los pacientes que desarrollaron culebrilla en los tres años posteriores a la vacunación. Eso sucedió anualmente en seis de cada 1000 adultos vacunados, comparado con 13 de cada 1000 participantes no vacunados.
Según el equipo, se previno un caso de culebrilla por cada 71 personas inmunizadas. Pero dado que el seguimiento no fue a largo plazo, el equipo ignora cuán efectiva fue la vacuna años más tarde. A pesar de su aprobación, la vacuna no tuvo la demanda que algunos esperaban. En Estados Unidos hay unos 50 millones de personas mayores de 60 años, por lo que se podría prevenir una gran cantidad de casos de culebrilla, según reporte.
\»El costo humano (de la culebrilla) es enorme\», destacó el doctor Michael Oxman, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de California en San Diego, quien no participó en el estudio. \»La medicina de adultos está centrada en el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades. Los médicos no están tan acostumbrados a prevenirlas como los pediatras\», agregó.
Nueva York, enero 13/2011 (Reuters Health)