Las mujeres con síntomas de la menopausia tratados con parches hormonales no tienen riesgo elevado de padecer la formación de coágulos sanguíneos en las piernas o los pulmones, aunque ya los hayan tenido.
Esto, publicado en la revista Menopause, se suma a las pruebas de que los parches son una alternativa segura a las píldoras para las mujeres que quieren resolver los síntomas de la menopausia con terapia de reemplazo hormonal (TRH).
La cantidad de usuarias de TRH disminuyó en el 2002 tras un ensayo clínico de Estados Unidos en el que las mujeres tratadas con píldoras de estrógenos y progesterona tuvieron más riesgo que el resto de desarrollar coágulos sanguíneos, infarto, accidente cerebrovascular (ACV) y cáncer de mama. Hasta ese momento, la TRH se indicaba para prevenir la enfermedad cardíaca y la osteoporosis. Ahora, los expertos no la recomiendan.
De todos modos, la terapia hormonal sigue siendo la forma más efectiva de aliviar los sofocos de la menopausia y las mujeres con síntomas graves optan por esa solución. Dados sus riesgos, los especialistas aconsejan usar la TRH en la dosis más baja y por el menor tiempo posible.
Pero hay cada vez más evidencias de que los parches de bajas dosis no tendrían los riesgos de las píldoras. Algunos estudios hallaron que no elevan el riesgo de sufrir una primera tromboembolia venosa (TEV), que es la formación de coágulos en las venas de las piernas o los pulmones.
Y un estudio grande efectuado en el Reino Unido a comienzos del 2010 halló que las usuarias de los parches de bajas dosis no tenían más riesgo de sufrir un ACV que aquellas no tratadas con TRH. En cambio, las usuarias de píldoras hormonales o parches de altas dosis tenían más riesgo de sufrir un ACV que las no usuarias.
En el nuevo estudio, un equipo de Francia analizó la relación entre la terapia hormonal y el riesgo de sufrir nuevas TEV en mujeres que ya habían tenido una. De las 1023 participantes, 103 comenzaron a usar parches para aliviar los síntomas de la menopausia al finalizar el tratamiento de la TEV, que incluye varios meses y anticoagulantes. Otras 10 mujeres utilizaron TRH oral y el resto no utilizó TRH.
En 6,5 años, 77 mujeres (un 1% anual) tuvieron formación reiterada de coágulos. En las usuarias de los parches y las mujeres sin TRH, el riesgo fue el mismo. De las 103 usuarias de parches, seis tuvieron un nuevo coágulo, a diferencia de dos de las 10 usuarias de píldoras.
Al considerar otros factores, como la edad y el peso, a las usuarias de las píldoras se les sextuplicó el riesgo de tener un nuevo coágulo, comparadas con las que no habían usado TRH. Esto sugiere que aún las mujeres con alto riesgo de una TEV, los parches hormonales no elevarían aún más ese riesgo, indicó Valerie Olie, del INSERM de Francia.
Eso, para el equipo de Olie, se debería al mecanismo de acción de los parches. A diferencia de las hormonas orales, las administradas por vía cutánea evitan el hígado y no elevan los niveles de proteínas en sangre que promueven la formación de coágulos. El estudio es el primero en sugerir este beneficio de los parches hormonales.
Nueva York, enero 4/2011 (Reuters Health)

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