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Los niños y adolescentes suelen ser sometidos a pruebas diagnósticas que los exponen a radiación, lo que aumenta su riesgo futuro de sufrir cáncer, informaron investigadores estadounidenses.
“En apenas un lapso de tres años, el 42,5% de los niños se sometió a alguna forma de radiación por un procedimiento médico diagnóstico”, dijo el doctor Adam Dorfman, cardiólogo pediátrico de la Universidad de Michigan, cuyo estudio aparece en Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine.
El estudio se encuentra entre los primeros que analizan la exposición a radiaciones entre los niños y los adolescentes, quienes corren el mayor riesgo de desarrollar cáncer a largo plazo por estar expuestos temprana y reiteradamente a la radiación.
El equipo de Dorfman estudió los datos sanitarios de más de 355 000 niños menores de 18 años que estaban cubiertos por United Health Group, una amplia aseguradora estadounidense. Los investigadores analizaron pruebas que iban desde una radiografía común a test más avanzados como tomografías computarizadas (TC), que producen imágenes más precisas del cuerpo pero con una dosis de radiación más elevada.
Una tomografía de pecho emite una dosis más de 100 veces superior a la de una radiografía de tórax convencional. “Casi el 8% (7,9%) se sometió al menos a una TC y el 3,5%, por lo menos a dos en esos tres años”, dijo Dorfman.
Las TC de la cabeza eran las más comunes.
La exposición a las radiaciones se volvió una preocupación importante en octubre del 2009, cuando la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) indicó que estaba investigando más de 2000 casos en los que los pacientes recibieron dosis tóxicas de radiación durante TC del cerebro en un hospital de California.
Mientras que muchos estudios se centraron en las tasas de exposición adulta a la radiación por pruebas por imágenes, pocos han observado la situación en los menores. En los chicos, el mayor riesgo de la exposición a la radiación es el cáncer, aunque casi todo el sistema corporal puede verse afectado, señaló Dorfman. “Creo que tenemos que asegurarnos cuándo se utilizan estos estudios y que se usen solo cuando son absolutamente necesarios”, añadió.
El autor indicó que hay pocos estudios que respondan a esta cuestión. “Necesitamos datos sobre cuándo son necesarios para la atención clínica”, finalizó.
Chicago, enero 4/2011 (Reuters)