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La epidemia de obesidad se instaló en muchos países en desarrollo y casi por completo en los más ricos de esas sociedades.
En cambio, los más pobres dentro de esas fronteras siguen sin poder engordar lo necesario.
Este resultado de un nuevo estudio contrasta con el patrón del mundo desarrollado, como Estados Unidos, donde la obesidad tiende a afectar más a los pobres.
\»Existe mucho debate sobre cómo el problema de la obesidad y el sobrepeso se está diseminando en los países pobres y en desarrollo\», comentó a Reuters Health el autor principal del estudio, SV Subramanian, de la Escuela de Medicina de Harvard, en Boston.
Los investigadores liderados por Subramanian analizaron la tendencia del peso corporal de más de medio millón de mujeres de 54 países en desarrollo, entre el 1994 y el 2008. Hallaron que un cuarto tenía sobrepeso, con una gran variación entre países (entre tres de cada cuatro mujeres en Egipto y el 6% en Etiopía).
Pero lo más importante, para Subramanian, surgió al analizar cada país: a mayor nivel de ingresos y educación, mayor peso corporal.
Por ejemplo, la población en el cuarto superior en la escala de riqueza tenía el doble de riesgo de tener sobrepeso que la población en el cuarto inferior, según el estudio que se publicó The American Journal of Clinical Nutrition.
En tanto, una cantidad significativa de la población (generalmente mayor que la población con sobrepeso u obesidad) seguía teniendo bajo peso.
\»Por un lado está la población que necesita aumentar el consumo de calorías y, por el otro, la población rica que consume calorías en exceso\», resumió Subramanian.
La explicación de ese patrón no es demasiado clara. La comida es económica y accesible para los sectores más adinerados. Sus barrios suelen incluir muchos restaurantes, donde se puede comer mucho sin tener que cocinar.
\»El hecho de que estos dos problemas sucedan en dos grupos diferentes es una oportunidad única para actuar. El desafío es hallar un equilibrio\», dijo Subramanian.
Para el grupo con sobrepeso, sugirió que es clave intervenir a través de la educación y los medios de comunicación. Existen evidencias de que esas campañas invertirían la relación entre la riqueza y el peso en los países ricos.
Pero con solo proporcionarles más calorías a los más pobres no se les daría la respuesta que necesitan.
En Egipto, por ejemplo, subsidios gubernamentales a las grasas trans provocaron un aumento de la obesidad en las poblaciones de bajos recursos, sin eliminar el problema del bajo peso.
\»Deberíamos desarrollar una política más amplia concentrada en incentivar la composición equilibrada de nutrientes. Con eso, resolveríamos el problema del bajo peso y controlaríamos el del sobrepeso\», agregó Subramanian.
Nueva York, noviembre 26/2010 (Reuters Health)